octubre 25, 2024
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junio 17, 2016 | 631 vistas

Paoletti Rodríguez

El hotel Sierra Gorda fue el primero de su dimensión construido en esta Ciudad Capital a finales de los años 30’s, muchas personas han pasado por sus habitaciones e historias inimaginables se cuentan a lo largo de casi 80 años de su fundación.

Varias generaciones han participado en este hotel, actualmente Mauricio Benítez y su hermana Patricia son los encargados tras el fallecimiento de su padre; Enrique Benítez Garza en el 2010, en esta ocasión nos platican la historia de este importante lugar.

Este icono histórico de nuestra Ciudad Capital guarda grandes historias, reconocidos personajes han pasado por sus habitaciones, clientes para los que continúa siendo su favorito después de muchos años, incluso se cuenta una controvertida historia de un asesinato.

Gobernadores tamaulipecos, presidentes de la República e incluso el conocido personaje Mario Moreno “Cantinflas”, cuando visitó la Ciudad para estar presente en la proyección estreno de la cinta “777 El Gendarme Desconocido”.

“Después de tantos años muchas personas se han hospedado en este hotel, se hospedaron varios ex gobernadores, don Manuel A. Ravizé decía que era su casa en Ciudad Victoria, Cantinflas también estuvo por aquí en alguna ocasión”, platica Mauricio Benítez, actual encargado.

Como parte de las anécdotas de su padre, Enrique Benítez Garza, señala que la empleada con mayor antigüedad recordaba que importantes personalidades políticas que acudieron a hospedarse, como el ex presidente Díaz Ordaz y afirmaba que los políticos rentaban todo el hotel para instalarse junto con su gente.

 

LA HISTORIA DEL SIERRA GORDA

La construcción se hizo a consecuencia del reparto de las haciendas, debido a que a Francisco Benítez Leal le afectaron “El Carmen” y con la venta del ganado, un préstamo y diez socios se llevó a cabo este proyecto, con un costo de cien mil pesos y duró dos años, de 1938 al 40, cuando se puso en servicio.

El nombre surgió en honor del conquistador, don José de Escandón y Helguera, el Conde de la Sierra Gorda, nombre que dejaron las siguientes generaciones, así como el estilo colonial de la construcción.

“Ha tenido modificaciones en su fachada, ya no tiene la teja de arriba, cambió la pintura del edificio, antes era beige, mi papá lo cambió a marrón y ahora le dimos una tonalidad beige con café, pero es el mismo edificio”, señaló.

En esa época el auge del hospedaje se debía principalmente a que el turismo se desplazaba por carretera y, la única era la México-Laredo.

El primer propietario fue el ingeniero Francisco Benítez Leal, quien había sido dueño de la hacienda El Carmen, a su fallecimiento se quedó su hijo Enrique Benítez Martínez y cuando don Enrique murió en 1968, su lugar fue ocupado por el ingeniero Enrique Benítez Garza, quien falleció en el 2010 y ahora se ocupan sus hijos de este negocio familiar.

“Mi papá murió en el 2010 y hasta el final estuvo al pendiente y desde entonces hasta la fecha mi hermana Patricia y yo nos encargamos del hotel”, detalló.

En esa época, era el único hotel y la construcción más grande, incluso de los mejores de México, con cien habitaciones en cinco plantas, cuando las construcciones locales apenas llegaban a dos pisos y el resto eran pequeñas posadas.

“Cuentan que se acercaba la gente a la plaza y decían se va a caer, porque estaba muy grande, así lo veían, era el más grande en aquel entonces y ahora uno sabe que no es mayor problema, todo ha cambiado”, dijo.

 

EL ASESINATO DEL PERIODISTA VILLASANA

Este hotel también guarda una historia controvertida, un incidente grave en una habitación del mismo, el asesinato del periodista Vicente Villasana a manos de Julio Osuna de León, quien era entonces el jefe de la Policía Estatal.

Los hechos se registraron en una habitación cuando el director de El Mundo de Tampico se encontraba con una dama, y el policía que andaba en estado de ebriedad fue a buscar a su enemigo para asesinarlo.

 

EL SIERRA GORDA SE MANTIENE EN LA PREFERENCIA DE LA GENTE

A pesar de que muchos hoteles lujosos y modernos se han construido tras el crecimiento de la ciudad, afirma que no les afecta, pues ellos se mantienen en precios bajos y en la preferencia de la gente, contrario a hoteles de cadena que son muy costosos.

Los nuevos hoteles tiene mayores comodidades, sus habitaciones son más grandes y su mobiliario es más nuevo, sin embargo el Sierra Gorda procura ofrecer ese trato que hace a la gente sentirse como en casa y su estilo colonial llama la atención.

“Sobre todo mucho aseo en habitaciones, damos un servicio personalizado, tratarlo de la casa y dar un servicio de primera calidad, las camas son nuevas, las sábanas son nuevas, todo eso se mantiene con mucho cuidado, el mobiliario o tamaño de las habitaciones son más pequeñas pero son muy confortables”, refirió.

Además de sus habitaciones, tiene un salón de juegos, restaurante, bar, amplio estacionamiento y varios giros de conveniencia, como una tabaquería, boletos de lotería y joyería. El edificio consta de dos elevadores transparentes, que siguen operando desde 1940.

Su prestigio se ha mantenido, hay huéspedes que los visitan con regularidad, parejas que se hospedaron ahí en su luna de miel, y 40 años después siguen disfrutando de la hospitalidad que ahí encontraron.

El Sierra Gorda se ubica en el Ocho Hidalgo, frente a la plaza del mismo nombre, a pesar de la construcción de otros continúa teniendo éxito, siendo una tradición hospedarse ahí para muchas personas que visitan constantemente Victoria.

“Ciudad Victoria es bonita pero tiene poco desarrollo económico, tenemos competencia pero el hotel se mantiene como ícono de la ciudad y es un hotel reconocido en Ciudad Victoria, eso nos llena de orgullo”, concluyó.

 

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