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junio 18, 2016 | 148 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, junio 17 (AP)

La vecindad de “El Chavo del Ocho” ha perdido al gallardo Profesor Jirafales, quien con sus trajes sastre y puro en mano intentaba ser la voz de la razón en una frenética escuela que por años siguieron de sus pantallas de televisión varias generaciones de niños en Latinoamérica.

Ya retirado de los escenarios, el hombre detrás de Jirafales, el actor mexicano Rubén Aguirre, murió el viernes a los 82 años.

Millones crecieron con este profesor quien en clase hablaba con propiedad con El Chavo, La Chilindrina, Quico, Popis y Ñoño hasta que, inevitablemente, lo sacaban de quicio al grado de explotar con su comiquísimo “¡Ta, ta, ta, ta!”.

Aguirre nació el 15 de junio de 1934 en Saltillo, capital del estado de Coahuila, en el norte de México. Su madre era maestra y su padre fue vendedor y empleado del Registro Civil de Torreón, otra importante ciudad de Coahuila. Se dio a conocer como actor pero también trabajó como locutor y cronista taurino. Entre sus otras ocupaciones Aguirre fue novillero, piloto y estudiante de agricultura.

Comenzó su trabajo en la televisión en la década de 1960 en Monterrey. La fama internacional le llegó en la década siguiente con las transmisiones de “El Chavo del Ocho”, un programa original de su amigo Roberto Gómez Bolaños, que se produjo hasta 1980, aunque desde entonces tuvo múltiples repeticiones. Gómez Bolaños falleció en noviembre de 2014.

“Sin duda fue ‘El Chavo del Ocho’ el programa que me llevó al lugar donde cualquier actor quisiera estar: en la pantalla de millones de hogares de 84 países donde se transmitió la serie, acompañado de los mejores cómicos de toda una época”, escribió en su libro de memorias “Después de usted” (2015), editado por Planeta.

Con su 1.95 de estatura, hacía un contraste inigualable con el 1.60 de Gómez Bolaños con quien hizo equipo por primera vez en “Los supergenios mesa cuadrada”, donde surgió Jirafales.

El personaje estaba inspirado en un profesor que tuvo Aguirre en su secundaria en Torreón. Aquel profesor también decía el famoso ¡Ta,ta,ta,ta! cuando lo hacían enojar los estudiantes, pero según Aguirre lo hacía con menos énfasis.

Fuera del salón de clase, Jirafales sostenía un romance galante con Doña Florinda en “El Chavo”, a la que siempre le entregaba un ramo de flores antes de recibir la invitación: “¿No gusta pasar a tomar una tacita de café?”.

“Nunca llevé la cuenta, pero creo que fueron más de 500”, dijo entre risas Aguirre en una entrevista de 2015 con The Associated Press. “Imagínate lo que me gasté en flores, ¡jardines completos!”.

Con Gómez Bolaños, Aguirre también realizó personajes como Lucas Tañeda en “Los Chifladitos” y el sargento Refugio Pasaguato en “Los Caquitos”.

Tras el final de “El Chavo del Ocho” emprendió giras con circos de toda América interpretando al profesor hasta su retiro en 2012.

En diciembre de 2007 sufrió un accidente automovilístico con su esposa Consuelo en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, cuando la camioneta en la que viajaba se quedó sin frenos. En años recientes también había padecido problemas de salud. En 2014 fue hospitalizado por deshidratación y anemia, además de sufrir de afecciones en el riñón y diabetes.

Sus últimos años los vivió en Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, donde también residían sus hijas Verónica y María del Carmen.

Le sobrevive su esposa Consuelo de los Reyes Medellín, con quien estuvo casado desde 1960 y tuvo siete hijos: Victoria, los mellizos Consuelo y Rubén, Gerardo, Arturo, Verónica y María del Carmen, quienes también le sobreviven.

 

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