ORLANDO, Florida, E. U., junio 19 (AP)
Una semana después de la balacera en el centro nocturno Pulse de Orlando, en la que murieron 49 de sus clientes, los funerales van llegando a su fin pero los sobrevivientes y las familias de las víctimas toman consciencia de que la pesadilla seguirá viva mucho después de que la atención del mundo se desvíe a otro lugar.
Jeannette McCoy logró salir con vida del recinto el pasado 12 de junio mientras el atacante, Omar Mateen, seguía con una masacre en la que otras 53 personas resultaron heridas. El pistolero fue abatido en un intercambio de disparos con la policía.
McCoy apuntó que el amor y el apoyo hacen mucho para ayudar en el trance. Es un bálsamo temporal, dijo, y se mostró preocupada porque, aunque la vida pueda regresar a la normalidad para algunas personas una vez que desaparezca la atención de todo el mundo, para la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales — conocida por sus siglas, LGBT — no será así.
“Todo esto ha sido muy traumático”, apuntó. “La forma en que se ha visto afectada nuestra comunidad es muy desafortunada. Muchas vidas maravillosas se han perdido. Cuando miramos a todos esas cruces, a todas esas caras, a todas esas historias, duele. Duele mucho”.
El sábado, al otro lado de la iglesia-catedral de St. Luke, donde se celebró el funeral por Christopher Andrew Leinonen, cientos de personas esperaban en la calle con carteles que decían “Os apoyamos”, entre otros lemas.
Brandon Wolf estaba en la discoteca con Leinonen, de 32 años, y con otra de las víctimas, Juan Ramón Guerrero, en la madrugada de domingo. Wolf, de 27 años, logró salir con vida.
Dijo que Leinonen, a quien él llama Drew, cambió su vida y alivió su dolor cuando lo estaba pasando mal.
“Esa noche me miró a los ojos e hizo lo que Drew siempre hacía, dijo ‘Te quiero’”, relató Wolf. “Ese es el mensaje que Drew nos dejó, ‘Os quiero’”.
Dijo que Leinonen era “mi persona especial en la vida. El alivió mi dolor cuando lo estaba pasando mal, rió mis peores chistes”.
Los investigadores siguen entrevistando a testigos e intentan saber más sobre Mateen y quienes lo conocían bien, incluyendo los miembros de su mezquita.
Un abogado del Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, por sus siglas en inglés) dijo que el FBI entrevistó a un hombre que rezaba en la misma mezquita que Mateen. Omar Saleh apuntó la entrevista tuvo lugar el viernes en el Centro Islámico de Fort Pierce, la misma mezquita a la que acudía Mateen cerca de su casa. La conversación duró unos 30 minutos, agregó.
Mientras, la ola de apoyo a las víctimas de la balacera y a los sobrevivientes continuaba incesante el sábado. En Orlando, la gente rezó en la calle y depositó globos, flores, dibujos y carteles en recuerdo de los fallecidos.
Docenas de personas esperaron entre dos y tres horas en Realm Tattoos para tatuarse uno de los recién creados diseños “One Pulse” en su piel. Se trata de una iniciativa gratuita, aunque se anima a los participantes a realizar donación para las víctimas, que se distribuirá a través de Southern Nights, otro centro nocturno de la ciudad.
Jonathan Betancourt, el dueño del local de tatuajes, dijo estar sorprendido por la rapidez con la que se unió la comunidad.
“Nos encanta tatuar. Es para lo que vivimos. Entren, muestren su amor”, dijo Betancourt. “Siempre hay que devolver algo (a la comunidad) y esta es mi forma de hacerlo”.
Aún así, los familiares de los fallecidos saben que el dolor y la ira que sienten solo está comenzando. Esta semana han estado demasiado aturdidos como para sentir nada desde la balacera.
Ver constantemente la cara de Mateen en televisión es especialmente difícil, explican.
“Sigo en estado de shock por lo que la ira y el odio por el asesinato de Chris no me ha afectado totalmente”, manifestó Mark Bando, el padre de Leinonen. “Los que tenemos que seguir viviendo nuestras vidas sin Christopher seguramente sentiremos lástima por nosotros mismos pero la tragedia real es que a Christopher se le arrebató su futuro”.