Mauricio Zapata
Adrián estudia Turismo, pero necesitaba trabajar para mantener alguna de sus necesidades, entre ellas ahorrar para su inscripción semestral en la Universidad.
Sin embargo, en los empleos que ha ostentado en los últimos dos años y medio sólo lo han explotado sin pagarle horas extras, sin darle mayores prestaciones y también obligándolo a renunciar cada seis meses para no hacer antigüedad.
“He estado en tres empresas en donde dicen que prefieren a jóvenes y estudiantes cuando solicitan empleados, y siempre es así. No nos permiten desarrollarnos y ellos sólo nos explotan en el trabajo”, comenta.
Y añade: “Sí nos dan Seguro (IMSS), pero no nos dan contrato, no nos pagan horas extras, porque nos dicen que como estudiamos y no tenemos tiempo completo ahí se compensa, pero sábados y domingos trabajamos hasta doce horas”.
Y como el caso de Adrián hay cientos de estudiantes que son explotados por empresas trasnacionales que se instalan en esta ciudad, ya que además de recibir un salario bajo no tienen posibilidades de absorber horas extras y tampoco prestaciones.
“No nos pagan aguinaldo porque en octubre renovamos contrato y dicen que con tan poco tiempo no tenemos ese derecho. En marzo o abril firmamos el otro contrato”, dice Adrián.
NO HAY NINGÚN DERECHO
Un estudio sociológico realizado por estudiantes de la maestría en Desarrollo Humano que se imparte en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, reveló que las empresas de este tipo han preferido contratar a jóvenes que lo único que requieren es un salario para continuar con sus estudios.
Sin embargo, la investigación señala que este tipo de compañías emplean a personas con pocas opciones de trabajo en algunos casos, menores de edad, pasantes, estudiantes, discapacitados, que no tienen otra opción que aceptar su explotación para recibir pequeños salarios.
Además, subraya el análisis, en los estatutos laborales de esos centros de trabajo está prohibida la formación de sindicatos, no se permiten las huelgas ni los reclamos, los trabajadores cobran el salario mínimo y en negro, es decir no reciben aportes jubilatorios, obra social y demás beneficios.
Los empresarios o gerentes niegan la situación y en entrevista con algunos de ellos, aseguran que hay contratos con todos los derechos que marca la Ley Federal del Trabajo.
“Pero no es así, tenemos salario, pero no prestaciones más que el Seguro Social”, dijo Jazmín, cajera en un establecimiento de comida rápida.
SIN DERECHO A NADA
“Nosotros tenemos Seguro Social, pero no tenemos derecho a pedir permiso para faltar un día, si nos enfermamos nos descuentan el día; nos pagan por horas y sí, es mucha la carga de trabajo”, comentó Roberto, quien labora en un restaurante de pollos y confirmó las condiciones en que trabajan.
Dice estudiar por la mañana la carrera de Administración de Empresas en la UAT y a fin de costear sus gastos de transporte, escolares y de diversión buscó el empleo.
“Pero si en la semana, por cuestiones de la escuela no trabajo las ocho horas, me ponen los fines de semana a trabajar hasta doce horas, incluso más”, dijo.
“En una ocasión teníamos que hacer inventario y trabajamos toda la noche del viernes y la del sábado, trabajamos como 22 horas seguidas y nos dijeron que era por los días que no completamos las ocho horas y que ahí se completaban para el futuro”.
La investigación, plasmada en una tesis, señala del mismo modo que además el personal cambia constantemente, una de las razones por la que no se puede organizar un sindicato.
“La idea es que no hagan antigüedad, a fin de no pagar finiquitos altos”, dice la investigación y pone énfasis en que los empleados los presionan a tal grado de hacerlos renunciar a menos de un año de haber ingresado.
LOS HACEN RENUNCIAR
“Sí, yo ya llevo tres años trabajando para este tipo de empresas y cuando apenas faltan días para completar el año, nos hacen renunciar bajo cualquier pretexto”, indicó Álvaro, empleado de otra compañía del mismo tipo.
“La presión de trabajo es muy grande y el personal muy poco. Tiene un grado alto de accidentes en el lugar de trabajo”, agrega la Tesis.
En sus reglamentos laborales no se respeta la legislación laboral ya que muchos empleados trabajan de noche y en los fines de semana, haciendo largos turnos en ambientes calurosos, de olores penetrantes y ruidosos.
“Pero no tenemos de otra, en gobierno u otro tipo de empresas no nos aceptan si no tenemos experiencia y para poder terminar la escuela se necesita gastar, por eso acudimos a pedir trabajo en estas compañías”, puntualizó Álvaro.
“Además los horarios son pesados, sales a veces muy tarde y no hay transporte para poder regresarte a tu casa. Y cuando trabajamos en día festivo no nos pagan doble, es más, hasta nos dicen que no tienen la obligación de hacerlo porque es opcional, pero yo sé que no, que sí es obligatorio”, subraya.
CARECEN DE REGLAMENTOS
En Ciudad Victoria hay al menos unas 20 empresas del tipo, y en la mayoría los empleados no firman un contrato de trabajo, tan solo llenan una solicitud.
Los requisitos para ingresar son mínimos, pero sí los hacen respetar un reglamento interno.
“Por ejemplo, no nos permiten llevar comida para almorzar o comer, nos obligan a comer lo que la empresa vende y eso lo que ellos nos quieran dar, pero ya estamos cansados de comer siempre lo mismo y no podemos pedir permiso para salir a buscar otro tipo de comida”, dice Adrián.
Cuando se enferman por una gripe o algún malestar estomacal les descuentan el día si no traen alguna receta o prescripción médica de la institución de seguridad social a la que están afiliados.
“Hay veces que por una gripe o que algo te cayó mal de la comida, no puedes ir, te descuentan el día, te amonestan y hasta te amenazan con correrte si no les llevas la receta del Seguro, si les llevas de Simi o de un particular no te la reciben”, comenta Álvaro.
Según autoridades de la Secretaría de Desarrollo Económico, las empresas que se instalan en Tamaulipas deben seguir al pie de la letra las condiciones que marca la Ley Federal del Trabajo y que quien no cumpla debe ser sancionado.
Sin embargo, en los hechos no se plasma esta situación, y es que según la tesis que investigó el problema señala que las autoridades no supervisan, o bien las empresas ocultan o “maquillan” los contratos con los jóvenes.
Lo que sí es un hecho, concluye la tesis titulada: “Explotación de estudiantes con necesidad laboral en empresas transnacionales”, es que las empresas aprovechan la situación de los jóvenes y abusan de la ignorancia en leyes laborales que tienen los estudiantes.