Alfredo Guevara
De las casi 400 mil personas que de cierta forma habitan en zonas consideradas como de alto riesgo, entre estas los siete municipios de la zona costera, pocas pudieron ser reubicadas a sitios en donde no se vean amenazadas por la presencia de fenómenos naturales, admitió Medardo Sánchez Albarrán.
El Coordinador de Protección Civil del Gobierno del Estado expuso que de las que le correspondió dictaminar como procedentes, en municipios como Padilla, Güémez y Mante, no llega la cifra ni al diez por ciento, de las que se tiene conocimiento en toda la entidad.
Y es que, en parte atribuyó a la intervención que tienen dependencias como la Secretaría de Desarrollo Agrario, Urbano y Territorial (Sedatu), el Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanismo (Itavu), la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett), entre otras, para analizar y determinar los terrenos susceptibles de ocupar por ese tipo de personas.
“La realidad de las cosas es que es poca la gente que se ha movido, son seis municipios costeros, toda vez que Tampico forma parte de la cuenca del Pánuco, pero los demás se encuentran en el litoral del Golfo de México y por consecuencia habitan en zonas consideradas como de alto riesgo, sobre todo cuando se presentan fenómenos naturales”, aseveró.
En una entrevista que concedió antes de participar en la reunión del Consejo Estatal para la Prevención de Accidentes, donde confirmó que a partir de este martes regresarán las temperaturas cálidas, de entre 35 y 40 grados centígrados, el funcionario reconoció que es difícil trasladar a zonas seguras a quienes habitan en las consideradas como de alto riesgo.
Explicó que Protección civil del Gobierno del Estado lo único que hace es dictaminar aquellas zonas en donde se corre un riesgo por sus condiciones geográficas, y recomienda a las instancias correspondientes no permitir la creación de asentamientos humanos irregulares o bien, promover la reubicación.
A lo largo de esta administración estatal, se ha promovido el traslado de familias a zonas seguras, pero desafortunadamente no todas están de acuerdo en dejar lo que han formado como parte de su patrimonio y prefieren seguir corriendo los riesgos que implica vivir en esos sectores.