NACIONES UNIDAS, junio 28 (Notimex)
Pese a los progresos reportados en muchas partes del mundo, la cifra de menores de entre seis y once años de edad que no asisten a la escuela aumentó en el mundo desde 2011, apuntó el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
En su informe anual sobre el estado de la infancia en el mundo; Unicef destacó que según datos de 2013, aproximadamente 124 millones de niños y adolescentes se encontraban sin escuela.
Indicó además que dos de cada cinco niños dejaban la escuela primaria sin haber aprendido a leer y escribir, y sin las nociones básicas de aritmética.
Precisó que la prolongación excesiva de los conflictos agrava este problema, y que 250 millones de menores de edad viven actualmente en países y zonas afectados por situaciones de violencia armada.
Asimismo, millones más soportan los peores efectos de los desastres asociados con el clima y las crisis crónicas, lo que reduce sus oportunidades de asistir a la escuela.
La falta de escolaridad en los menores de edad en el mundo contribuye a perpetuar el ciclo de pobreza, puntualizó Unicef.
Actualmente, en el mundo los niños constituyen cerca de la mitad de los casi 900 millones de personas que viven con menos de 1.90 dólares por día.
Estas privaciones, de acuerdo con el informe, dejan huellas irreversibles; en 2014, alrededor de 160 millones de niños presentaban retraso en el crecimiento.
De continuar estas tendencias, Unicef calculó que un total de 69 millones de niños de menos de cinco años morirán en el año 2030 debido a causas que en su mayoría se pueden evitar.
Mientras tanto, 167 millones de niños vivirán en la pobreza y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo aún niñas en 2030, la fecha límite para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Unicef reveló que tales tendencias podrían ser evitadas si el mundo concentra sus esfuerzos en la situación de los niños más desfavorecidos.
El organismo aseguró que el panorama para los niños más pobres del mundo será “desolador” si los gobiernos, los donantes, las empresas y las organizaciones internacionales no aceleran los esfuerzos para solucionar sus necesidades.
“Negar a cientos de millones de niños una buena oportunidad en la vida significa algo más que amenazar su futuro: al exacerbar los ciclos intergeneracionales de desventaja, se está poniendo en peligro el futuro de sus sociedades”, dijo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
“Tenemos una opción: invertir ahora en estos niños o permitir que nuestro mundo sea aún más desigual y esté más dividido”, añadió.