CIUDAD DE MÉXICO, julio 7 (Agencias)
El hombre se ha enfrentado a las bestias desde que el hombre y el chimpancé separaron sus líneas evolutivas hace siete millones de años. Fue en ese momento cuando la batalla por la supervivencia del ser humano comenzó y la teoría de la Selección Natural de Charles Darwin lo comprobó.
Tarzán, el personaje ficticio presentado por Edgar Rice Burroughs en 1912, rememora la maravilla de la biología y tiene presente que la batalla por prevalecer es una de las misiones de los habitantes del planeta Tierra.
“Se han realizado muchas adaptaciones sobre Tarzán pero a mí lo que me pareció más interesante de esta nueva aventura en cine, que estuvo en buenas manos con David Yates (el director), fue el hecho del retrato que hace sobre esa clase de dualidad del hombre contra la bestia, pero la llevó a un estilo de vida moderna.
“Fue criado por una familia de chimpancés, pero se fue a la civilización donde se adaptó al estilo de vida de un hombre contemporáneo por Jane; sin embargo, aún prevalece el instinto que desarrolló al vivir en la selva, aprendiendo a mantenerse con vida y ser aceptado por una especie diferente a la suya”, dijo Alexander Skarsgård, actor sueco que da vida al Rey de los Monos en La Leyenda de Tarzán, cinta que se estrena el viernes.
El filme se aparta de las historias convencionales del hombre bestia, pues se concentra en el momento en que Tarzán es un hombre maduro y decide abandonar la selva para vivir entre seres humanos, bajo el nombre de John Clayton III o Lord Greystoke, casado con su amada Jane (Margot Robbie).
El rey Leopoldo envía a Leon Rom (Christoph Waltz) al Congo para encontrar los legendarios Diamantes de Opar, para poder financiar sus actividades militares y extiende una invitación a Reino Unido para que verifiquen los progresos en el Congo; sin embargo, es sólo una trampa para que el Primer Ministro británico envíe a Lord Greystoke como emisario y a petición de la tribu que cuida los codiciados diamantes. Esta tribu pide que le lleven a Tarzán a cambio de las gemas.
En el Congo descubre cómo León Rom esclaviza a las tribus africanas con tal de controlar la región y buscar los diamantes.
El Rey de la Selva tendrá que volver a sus orígenes bestiales para buscar la ayuda de Akut, el líder de los monos, quien ve a su hermano como un desertor, así que sólo una lucha a muerte lo hará recuperar la confianza de los simios para que lo ayuden a derrotar a los tiranos.
“Uno de los principales factores por el que yo acepté este difícil papel fue por mi papá, porque él creció con las primeras películas de Tarzán y, obviamente, él me introdujo al personaje. Así que mi padre fue el más emocionado al enterarse que su hijo iba a protagonizar a una de sus figuras más influyentes y favoritas.
“¿Estudié al personaje?”, se cuestionó, “en realidad mi contacto directo fue gracias a las viejas películas que teníamos en casa, cuando Johnny Weissmüller hacía esas cintas y yo las veía cuando era sólo un niño; también vi Greystoke (La Leyenda de Tarzán, el Rey de los Monos) que hizo Christopher Lambert”, platicó en su visita a la Ciudad de México para promover el filme.
FÍSICO PARA ENVIDIAR
Uno de los méritos del sueco de 39 años, también estelar de la vampiresca serie True Blood, fue presumir que pudo cargar al corpulento Samuel L. Jackson (George Washington Williams) en su espalda y sin siquiera mostrar el mínimo esfuerzo. Para lograrlo tuvo que someterse a un entrenamiento y dieta estricta durante ocho meses en la que su vida social disminuyó.
“Fue muy aburrido”, se sinceró, “había días en los que amigos o familiares me llamaban para acompañarlos a compromisos nocturnos, pero tenía que ser profesional y mejor descansar adecuadamente, porque los entrenamientos eran duros por la madrugada y en la tarde dobles sesiones.
“Obviamente no podía tomar azúcares ni alcohol; tomaba pequeñas comidas y tenía muchas delicias prohibidas.”
Entertainment Weekly reveló que hacía seis comidas al día, con pequeñas porciones de proteína; que una manzana era motivo de felicidad y al final del rodaje su padre Stellan Skarsgård, también, actor, lo consintió con pastas y queso mozarella derretido, litros de cerveza y vino durante cuatro días que pasó en cama.
Otro de los aciertos de Yates, según Skarsgård, fue haber elegido a Robbie como su amada esposa Jane, pero con la personalidad de una mujer valiente y no una víctima como Disney y otros realizadores lo han hecho a través de las diversas adaptaciones cinematográficas.
Una prueba es la candente escena que ambos protagonizan, en la que la chica que dará vida a Harley Quinn en Escuadrón Suicida (Suicide Squad), se tomó muy en serio su papel.
“Me gustó que Jane no fuera ninguna princesa como se ha mencionado en otras ocasiones. Es una mujer ruda, dura, es más como una valentona chica que puede defenderse con sus propias manos y no había nadie como Margot para que lo lograra.
“Sobre la escena íntima recuerdo que David le dijo a ella que me golpeara ¡y lo hizo! Fue duro, pero entiendo que el director quería que se reflejara que no era ninguna damisela en apuros, esperando a su salvador, sino que transmitiera fortaleza e independencia femenina. Ella sabía perfectamente cómo hacerlo y lo comprobé”, dijo entre risas.