WASHINGTON, E. U., julio 11 (Notimex)
Siete años después de que Barack Obama hizo historia al asumir como el primer presidente de raza negra en Estados Unidos, las relaciones raciales han sufrido un deterioro significativo que parece reforzar la persistencia de dos visiones irreconciliables sobre el mismo país.
Esta brecha quedó evidenciada una vez más a la luz de los recientes hechos en Louisiana y Minnesota, donde dos hombres de raza negra fueron muertos por policías, y el asesinato posterior de cinco policías en Dallas, Texas, a manos de un ex veterano de guerra de raza negra, que dijo haber actuado en represalia por los primeros hechos.
Al reaccionar el sábado en Varsovia, Polonia, a los hechos de Dallas, como lo había hecho antes a los sucesos en Louisiana y Minnesota, Obama fue firme en su creencia de que “Estados Unidos no está dividida como algunos han sugerido”.
“Los estadounidenses de todas las razas y esferas están justamente indignados por los inexcusables ataques contra la policía, sea en Dallas u otro lugar. Eso incluye manifestantes, familias que tienen serias preocupaciones sobre la conducta de la policía y quienes han dicho que esto es inaceptable. No existe división ahí”, insistió.
Empero la mayoría de las encuestas de opinión conducidas en años recientes han dado cuenta de un gradual deterioro en la percepción de los estadounidenses sobre las relaciones raciales en el país, algo de lo cual el propio mandatario ha sido acusado por sus críticos.
En una encuesta dada a conocer meses después de que Obama pasó a ocupar la Casa Blanca, 66 por ciento de los estadounidenses calificó entonces como buenas las relaciones raciales, evidenciando una ligera división entre blancos y afroestadounidenses.
La brecha se amplió en 2007 cuando 75 por ciento de los blancos calificó de “muy buenas” estas relaciones, contra 55 por ciento de los afroestadounidenses, de acuerdo con un sondeo de la firma Gallup.
Aunque esta divergencia se redujo en los años posteriores y se mantuvo estable, a partir de 2013 registró una baja pronunciada en la percepción entre ambos grupos.
El año pasado otro sondeo de Gallup mostró que apenas 51 por ciento de los afroestadounidenses calificó las relaciones raciales como “muy buenas”, contra 45 por ciento de los blancos.
Los asesinatos de Alton Sterling en Baton Rouge, Louisiana, y de Philando Castile, en un suburbio de St. Paul, Minnesota, motivaron una ola de protestas a través del país que continuaron este fin de semana, en las que la gran mayoría de participantes fueron afroestadounidenses.
La muerte de los oficiales Brent Thompson, Lorne Ahrens, Patrick Zamarripa, Michael Krol y Michael Smith resonó con mayor fuerza a través del país, pero distó de convertirse en el trágico hecho que unió al país, como lo hizo ver la abogada y analista de la cadena ABC, Sunny Hostin.
“Espero que ahora podamos ver una indignación colectiva porque lo que hemos estado viendo es una indignación selectiva”, dijo al apuntar las diferencias en la reacción que los tres incidentes generaron a través del país.
Hostin, quien es de raza negra, recordó que las muertes de Sterling y Castile provocaron indignación en la comunidad de raza negra, “pero honestamente no vi esa indignación en la comunidad blanca”.
La explicación detrás de esta divergencia pareció quedar contenida en un reciente sondeo conducido por Gallup en abril pasado que pareció mostrar una suerte de desconexión entre blancos y negros.
Mientras un 53 por ciento de los afroestadounidenses dijo estar “bastante preocupado” por las relaciones en Estados Unidos, apenas un 27 por ciento de los blancos compartió ese sentimiento.
Esta desconexión fue reconocida la semana pasada por Newt Gingrich, ex líder del Congreso de Estado Unidos y prominente ideólogo del Partido Republicano, para quien la historia diferente que han vivido los blancos los ha llevado a subestimar el grado de racismo que confrontan los negros.
“Me tomó largo tiempo y hablar con gente a través de los años para entender esto: Si tú eres blanco, la verdad es que tú no entiendes lo que es ser negro en Estados Unidos”, dijo el ex legislador por Georgia durante un foro para discutir los recientes hechos de violencia.
Gingrich, quien es mencionado como uno de los potenciales candidatos para ser compañero de fórmula presidencial de Donald Trump, afirmó que esta desconexión ha llevado a los blancos “instintivamente a subestimar el nivel de discriminación y el nivel adicional de riesgo (de los negros)”.