NACIONES UNIDAS, julio 11 (Notimex)
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, hizo eco de la alarma expresada por el Consejo de Seguridad en relación a la reanudación del conflicto en Sudán del Sur, que desde el jueves pasado dejó unos 300 muertos.
En declaraciones a la prensa, Ban indicó que la reanudación de la violencia, que calificó como un “agravante retroceso”, representa “una burla a las compromisos de paz”. Asimismo, informó que los enfrentamientos causaron la muerte de dos cascos azules de China y de un empleado local de la ONU.
Destacó además que al menos dos personas desplazadas murieron en la espiral de violencia, y unos 35 individuos que buscaron refugio en las instalaciones de Naciones Unidas en la capital de Yuba resultaron heridos.
“Una vez más, los líderes de Sudán del Sur han fallado a su gente. En pocas ocasiones un país ha desperdiciado promesa, tan rápidamente. ¿Qué clase de líderes regresan a la violencia mortal y a las políticas identitarias, una y otra vez?. Los líderes fracasados”, fustigó.
En ese sentido, Ban llamó a los dos líderes de las facciones enfrentadas, el presidente Salva Kiir y el exvicepresidente Riek Machar, a hacer todo lo que esté en sus manos para desescalar la violencia.
Asimismo, el titular de la ONU llamó al Consejo de Seguridad a imponer un embargo de armas a Sudán del Sur, así como a implementar sanciones adicionales a los responsables de la violencia y a fortalecer la misión de Naciones Unidas en ese país a fin de proteger civiles.
Afirmó también que se reunirá con el Consejo de Seguridad este martes a fin de discutir las acciones que la ONU tomaría en Sudán del Sur.
“Cuando un gobierno no puede o no es capaz de proteger a su pueblo, y cuando las partes en conflicto parecen más concentradas en enriquecerse y en empoderarse ellos mismos a expensas de su pueblo, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de actuar”, asentó.
El llamamiento sucede luego de que los enfrentamientos en el país más joven del mundo, que apenas este fin de semana cumplió su quinto aniversario, fueran reanudados el jueves pasado tras un inestable acuerdo de paz firmado en agosto de 2015.
La reanudación de los choques entre las fuerzas leales al presidente Kiir y las milicias lideradas por el ex vicepresidente Machar han causado hasta el momento la muerte de al menos 300 personas, aunque la cifra fatal podría ser mayor, de acuerdo con informes de prensa y de organismos civiles.
La reanudación del conflicto, comenzado inicialmente a finales de 2013, ha incluido igualmente ataques a las instalaciones de la ONU, que han servido como refugio para más de 160 mil civiles sudsudaneses.
En un comunicado emitido tras una sesión celebrada la tarde del domingo, el Consejo de Seguridad llamó al fin de las hostilidades, además de que expresó su consternación ante los ataques a las instalaciones de la ONU, lo que podría constituir crímenes de guerra.
Recordó además que todas las partes en conflicto tienen la obligación de proteger las instalaciones civiles de un país, y que los ataques premeditados a éstas, así como a las instalaciones de la ONU, pueden constituir crímenes de guerra.
Los miembros del Consejo de Seguridad enfatizaron asimismo la importancia de conducir investigaciones transparentes sobre estos crímenes, y llamaron a las personas responsables a ser presentadas ante la justicia.
El conflicto en Sudán del Sur, extendido durante la mayor parte de la existencia de ese país, ha causado la muerte de miles de personas y el desplazamiento de unos 2.4 millones de sudsudaneses que han abandonado su lugar de origen para huir de la violencia.