diciembre 25, 2024
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julio 15, 2016 | 100 vistas

PARÍS, Francia, julio 14 (Notimex)

El presidente francés, Francois Hollande, se defendió este jueves por la polémica provocada luego de que se conociera que paga con fondos públicos casi once mil dólares al mes a su peluquero.

En una entrevista con las dos principales televisoras del país con motivo del 14 de julio, Día Nacional de Francia, Hollande resaltó que desde que llegó a la presidencia, hace cuatro años, redujo los gastos.

En concreto recordó que redujo su salario de presidente en un 30 por ciento respecto a su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, que se lo elevó al llegar al cargo.

Hollande aseveró además que recortó fuertemente los gastos del Palacio del Elíseo, sede del Ejecutivo y residencia oficial de los mandatarios franceses, que pasaron de 129 millones de euros anuales (144 millones de dólares) a cien millones (111 millones de dólares).

Por todo ello, “se me pueden hacer muchos reproches pero no ese”, subrayó Hollande, quien, de acuerdo con algunos medios, ganaría algo más de cinco mil dólares más que su peluquero.

El escándalo estalló esta semana cuando un semanario local publicó que el peluquero personal del Presidente ganaba casi once mil dólares mensuales y tenía un contrato de 657 mil dólares para el mandato de cinco años del Presidente galo.

De acuerdo con la publicación, el peluquero presidencial, “Olivier B.”, gana un salario bruto mensual de nueve mil 895 euros (10 mil 971 dólares), una cifra confirmada por la Presidencia francesa.

Según la revista, conocida por haber publicado numerosos escándalos políticos en Francia desde hace décadas, el estilista firmó un contrato por la duración de mandato presidencial de cinco años por valor de 593 mil 700 euros (657 mil 811 dólares).

El salario se complementaría con una cantidad mayor no especificada de viáticos de residencia y ventajas familiares.

En el contrato, el peluquero se comprometió a estar totalmente disponible para el presidente, a acompañarle en algunos de sus viajes y a mantener un secreto absoluto sobre su trabajo o la información que pudiera obtener por su cercanía al jefe de Estado durante y después de la expiración de su contrato.

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