Isaí Fructuoso.-
La música y el baile son su mayor inspiración, una fuente de vida, lo que mueve sus corazones e impulsa a través de sus sentidos, un arte que traza movimientos, posturas con ayuda del alma y la pasión. Con esa espiritualidad jóvenes estudiantes de la Casa del Arte realizaron una demostración de ballet clásico, basándose en la novela de “Orgullo y prejuicio” de la autora Jane Austen.
El grupo de jóvenes se encargó de transportar al público al año de 1813, con el uso de vestuarios apropiados a la época, en una historia romántica combinada con un toque de comedia.
Cada una de las artistas se ubicó en un punto diferente de la explanada, realizando así su performance individual, acompañadas de la música de piano.
Al evento asistieron padres de familia y amigos, quienes grabaron en todo momento la participación de su favorita. Y es que cómo no sentirse orgullosos del talento que emanaron estas jovencitas, si pusieron todo su empeño y dedicación en la presentación, lo que provocó las ovaciones de los asistentes.
La maestra Wendy Arlette Velázquez García estuvo a cargo de las talentosas bailarinas, quienes se prepararon en tan solo diez horas de taller, siendo alumnas principiantes e intermedias, eso no las detuvo para mostrar que si se proponen hacer lo que les apasiona pueden llegar muy lejos.
El ballet clásico es el baile más formal dentro de los estilos de esta disciplina, varía de acuerdo a su lugar de origen; por ejemplo: el ballet ruso, ballet francés o ballet italiano. Entre sus características está el uso de las puntas, por lo que exige muchos años de preparación en forma y técnica, el vestuario que se utiliza son leotardos, mayas, falda o tutu, éste último es opcional. Las zapatillas de punta se usan hasta que sus huesos sean lo suficientemente fuertes para soportarlas. Es por eso que es una actividad que demanda mucha consistencia y constancia.