Paoletti Rodríguez.-
Nohemí Sosa Reyna ha logrado consolidar una importante labor en la poesía, aunque desde hace tiempo espera una oportunidad para seguir compartiendo su arte, mientras tanto se gana la vida vendiendo libros y artesanías en la plaza Juárez.
Aunque llegó a obtener premiaciones y reconocimientos de importantes poetas, a Nohemí no le ha surgido otra oportunidad para dedicarse a lo que más le apasiona, la poesía, pero tuvo que buscar una manera de mantenerse.
La mujer, de 61 años, nos cuenta que estudió la carrera de Ciencias Sociales, sin embargo siempre tuvo el interés de estudiar filosofía y letras, pero aquí no había la oportunidad, por tal razón se dedicó a la docencia, pero desde los 15 años nació su vocación por la escritura.
“Desde que estaba en la secundaria me gustaba mucho la literatura, en aquel entonces había un libro de un autor con apellido Vizcaíno, era rosa y celeste, y una parte era una antología de textos y me encantaba leer eso, y me gustaba escribir”, indicó.
De igual forma en la preparatoria tuvo maestros que influyeron aún más en su gusto por la literatura; sin embargo, al final de sus estudios se dedicó a la docencia y dejó un poco este tema.
Al casarse se fue a vivir a México durante ocho años, allá tuvo la oportunidad de conocer a personas que les gustaba escribir y esto le dejó muy buenas experiencias, con las cuales cada vez fue mejorando más en la elaboración de sus poemas.
“Todo eso alimentaba mi interés por la literatura, pero no daba el paso para dedicarme a eso, me divorcié y me vine a Victoria y entré a trabajar en un periódico y me dio tiempo y oportunidad de acudir a un taller literario, lo cual nunca había hecho”, mencionó.
OBTIENE UNA BECA
Tras ingresar a este taller le surge la oportunidad de participar entre sus compañeros para acudir a un encuentro de poetas en La Paz, Baja California, y resultó ser beneficiada por el poeta que acudió a seleccionarlos.
“Tenía poco de haber entrado al taller, tenía menos de un año, y los presenté para el encuentro, era como un concurso y vino un importante poeta, él dijo que le llamó la atención mi trabajo, fui seleccionada y fue un gran logro y estuvo platicando conmigo y me dieron una beca para ir, allá presenté mis pocos poemas y tuve buenas críticas de poetas de mucho tiempo”, expuso.
En este encuentro se realizó una antología de los participantes donde se publicaron sus poemas, posteriormente acudió a otros encuentros en Monterrey, en Coahuila, lugares donde fue conociendo a importantes poetas que contribuían en sus conocimientos.
Asimismo fue beneficiada por la UAT porque le publicaron algunos libros, el primero de varios poetas que radicaban en Tamaulipas, su primer libro personal llamado “Estación de Poesía” e incluso un libro de temática llamado “Sala de Luz”.
“Normalmente los poetas hacen poemas que van haciendo y los juntan, y yo hice un libro de temática que era habitaciones o lugares donde el hombre vive, y éste era sala de luz, habla de la sala de parto, de la sala en casa, panteón, en la iglesia, lugares significativos para el hombre, lo presenté en un concurso en el Issste y no ganó, pero me dieron una mención honorífica”, indicó.
GANA CONCURSO INTERNACIONAL
Además ganó un concurso internacional llamado Jaime Sabines, lo considera un gran logro porque compitió con importantes poetas y fue de las diez mejores, además los textos con los que participó fueron publicados en Tamaulipas.
El arte de la poesía también le permitió viajar, estuvo en Uruguay y ganó una beca donde obtuvo una residencia en España, ahí participó en un taller literario donde fue mejorando aún más su talento.
Por la falta de oportunidades se vio en la necesidad de realizar otra actividad para ganarse la vida.
Estuvo trabajando como periodista de cultura y posteriormente como maestría, esto le permitía mantenerse y además le daba tiempo para seguir escribiendo, aunque afirma que pocos logran vivir de la literatura, “En México los que viven de eso son los becarios y duran con eso por mucho tiempo, yo obtuve dos becas de las que dan en el estado, con ella hice el libro “Ritual de muñecas” y cuando la tuve me dedicaba a hacer los poemas”.
En el 2010 cerró la escuela particular en la que trabajaba como maestra y se vio en la necesidad de buscar una actividad para sacar recursos para sus gastos, y por ello ahora se instala en la plaza Juárez vendiendo pulseras que ella misma elabora, así como también algunos libros.
Tras las publicaciones que le hicieron recibió una cierta cantidad de libros que ya vendió, aunque señala que tuvieron mucho éxito, no es algo con lo que se pueda vivir bien.
“Logré venderlos rápidamente, por eso ahora quisiera que me publicaran más, sí ayuda pero eso no deja para vivir, pero es una gran satisfacción y reconocimiento y una gran alegría para uno que tiene frutos de lo que les gusta hacer, pero económicamente no viven de eso”, refirió.
Nohemí, además de escribir poemas y novelas, realiza traducciones de poemas de inglés a español, además sabe traducir y escribir en latín, siempre intenta seguirse preparando, aunque en los últimos años la situación ha sido sumamente difícil.
“Me duele un poco que no me den oportunidad de avanzar cierto grupos, no es que yo haga menos la labor de otras personas, pero tengo mucho para crecer y no se me ha dado la oportunidad”, expresó.
La mujer afirma que tiene mucho que aprender y talento que compartir, pero le hace falta una oportunidad, por tal razón le gustaría que la siguiente administración estatal ofreciera más apoyo a quienes se dedican a la literatura y sin duda alguna buscará la forma de solicitar el apoyo.