Alfredo Guevara
Ni los propietarios de los inmuebles ni mucho menos personas o compañías que se dedican a restablecer los edificios que tienen un valor histórico, arquitectónico o cultural podrán hacer trabajos encaminados a una mejora, confirmó Serafín Maya Sotelo.
El Subsecretario de Ordenamiento Territorial, de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), dejó en claro que los dueños de los inmuebles o compañías que decidan “meter mano” a esos edificios, tendrán que solicitar permiso a esta dependencia.
Y es que, para tener un mejor control de cada uno de ese tipo de casas o edificios, la dependencia del Gobierno del Estado dispondrá de un catálogo en por lo menos 21 municipios de la entidad, en el que se determinará el tipo de valor de cada inmueble, que permitirá, entre otras cosas, conocer el estado en que se encuentran.
“Estamos programando visitas para ver los edificios con valor arquitectónico, cultural o histórico, cuánto mide cada predio, en qué condiciones se encuentra, cuántos años tiene, a qué época pertenece, quiénes son sus propietarios, entre otros aspectos, para elaborar una ficha técnica” explicó.
Será la dependencia del Gobierno del Estado la que en su momento emitirá un dictamen de todo ello, que obligará a los dueños, compañías o personas que se encargan de restaurar a solicitar permiso para cualquier modificación que se pretenda hacer, apuntó.
Maya Sotelo admitió que no todos los municipios dispondrán de un ejemplar de esa naturaleza, en cuanto al número de edificios históricos, como resultado de que no se dispone de recursos suficientes, como para enviar a las brigadas a realizar ese tipo de trabajos, que en muchos de los casos es arduo.
Lo que se pretende es que en los 43 municipios de la entidad se disponga de ese catálogo, “pero el recurso no alcanza para tanto”, indicó el funcionario.
Informó que la Subsecretaría de Ordenamiento Territorial dispone de un ejemplar en que se contempla el 90 por ciento de los edificios históricos en las zonas urbanas, en el que destaca Tampico por cantidad, aunque hay otros que, expuso, “se cuentan con los dedos de las manos”.
