diciembre 11, 2024
Publicidad
julio 24, 2016 | 96 vistas

LOS ÁNGELES, EU., julio 23 (AP)

Han pasado ya dos años desde que el cantante Justin Bieber fuera condenado a cinco días de servicio comunitario y a pagar una elevada multa por los desperfectos causados en la vivienda del matrimonio formado por Jeffrey y Suzanne Schwartz, dos de sus antiguos vecinos en el exclusivo municipio de Calabasas, California, pero ahora el artista ha decidido contraatacar solicitando al juez que todavía estudia el incidente que obligue a la pareja a someterse a una evaluación de su estado mental para certificar que de verdad siguen sufriendo secuelas psicológicas derivadas del incidente.

Según el portal de noticias TMZ, los representantes legales de Justin Bieber están convencidos de que los Schwartz han sobredimensionado los efectos que habría tenido en su salud el mediático caso de vandalismo perpetrado por el artista en 2014, teniendo en cuenta que ambos exigen ahora al canadiense una nueva compensación económica debido al “insomnio crónico y las jaquecas constantes” que no habrían dejado de sufrir desde entonces, según la declaración que facilitaron recientemente al tribunal y de la que los abogados del artista ponen en duda su veracidad.

Además de organizar con frecuencia ruidosas fiestas que llevaron a buena parte del vecindario a denunciarle a la policía por las molestias ocasionadas, en una ocasión el astro del pop decidió vengarse de ellos lanzando huevos podridos a sus fachadas -incluida la del matrimonio Schwartz-, un altercado que le llevó finalmente a tener que responder ante la justicia y que, hasta el pasado mes de junio, le mantuvo bajo libertad vigilada.

El popular artista abandonó el año pasado la lujosa mansión que tenía alquilada en Calabasas para evitar más desencuentros con los vecinos, aunque poco antes había cumplido con éxito el curso para el control de la ira que le impuso el juez para evitar que protagonizara casos similares en el futuro. No obstante, y como demostró recientemente al reprender al público de uno de sus últimos conciertos por interrumpirle mientras hablaba, a Justin Bieber le queda un largo camino a la hora de domesticar su irascible carácter.

Comentarios