Hace no mucho, gran número de padres se preocupaban por saber a qué edad deberían dar a sus hijos acceso total a las llaves del auto. Hoy en día, los padres enfrentan una pregunta más truculenta: ¿a qué edad debería un niño tener su propio teléfono inteligente?
El teléfono inteligente –después de todo– es la llave de acceso al internet con los numerosos beneficios y peligros que esto conlleva. Sin embargo, a diferencia de conducir un auto, lo cual es legal a la edad de 16 años en algunos estados, no existe una ley que guíe a los padres para determinar cuándo puede estar listo un niño para un teléfono inteligente.
Cada vez más pronto
El tema se está debatiendo cada vez más conforme se está acortando la edad en que los niños reciben su primer celular. En promedio los niños reciben su primer teléfono inteligente a los 10 años, de acuerdo con la compañía de investigaciones Central de Influencias, mientras que en 2012 el promedio era a los 12 años. Algunos niños reciben su primer aparato a los 7 años, según los expertos en seguridad en internet.
“Creo que la edad seguirá siendo menor cada vez, porque los padres se están cansando de prestarles sus celulares a sus hijos”, dijo Stacy DeBroff, directora ejecutiva de Central de Influencias.
Este deslizamiento de la edad está enfrentando resistencia. James P. Steyer, director ejecutivo de Medios con Sentido Común, una organización sin fines de lucro que revisa el contenido y los productos para las familias, tiene una regla estricta para su familia: Sus hijos reciben un teléfono inteligente cuando comienzan la preparatoria – luego de haber aprendido el auto control y el valor de la comunicación frente a frente.
Sin embargo, Steyer aclaró que otros padres pueden decidir que sus hijos están listos antes. “No hay dos hijos que sean iguales, y no hay un número mágico”, explicó. “La edad de un niño no es tan importante como su responsabilidad o grado de madurez”.
¿Así que cómo hace uno para saber cuándo es el momento adecuado? Para obtener algunos lineamientos, entrevisté a expertos en seguridad en internet y revisé varios estudios que se han hecho sobre el uso de celulares inteligentes por parte de los niños. Además pedí el consejo de los padres sobre cómo regular el uso de los celulares inteligentes y mantener a los niños seguros.
La conclusión no va a complacer a los fabricantes de celulares: Mientras más espere para darle a su hijo un celular, mejor. Algunos expertos dijeron que 12 años era la edad ideal, mientras que otros dijeron que 14. Todos estuvieron de acuerdo que mientras más tarde, más seguro porque los celulares inteligentes podían ser distracciones adictivas que le restan al tiempo de hacer tareas a la vez que arriesgan a los niños a los compañeros que acosan en línea, a los depredadores sexuales y al envío de mensajes explícitamente sexuales.
“Mientras más tiempo mantengas cerrada la caja de Pandora, mejor”, expresó Jesse Weinberger, experta en seguridad en línea radicada en Ohio, quien da presentaciones a padres de familias, escuelas y oficiales de policía. “No hay conexión al lado oscuro sin ese aparato”.
Las investigaciones
Comencemos con algunos de los datos. Weinberger, quien escribió el libro sobre seguridad en teléfonos inteligentes e internet “El Coco sí existe; y está en el bolsillo del pantalón de su hijo”, dijo haber encuestado en el transcurso de los últimos 18 meses a 70 mil menores y descubierto que, en promedio, el envío de mensajes sexuales empezaba en quinto grado, el consumo de internet se iniciaba cuando los niños cumplían ocho y la adicción a la pornografía comenzaba como a los 11 años.
En otro estudio publicado este año, Medios con Sentido Común hizo un sondeo entre mil 240 padres e hijos y se topó con que el 50 por ciento de los niños admitieron ser adictos a sus teléfonos inteligentes. También encontró que el 66 por ciento de los padres pensaban que sus hijos usaban demasiado los dispositivos móviles, y que el 52 por ciento de los menores estaban de acuerdo. Cerca del 36 por ciento de los padres dijeron discutir a diario con sus hijos sobre el uso de los aparatos.
Además hay que considerar la biología. La corteza prefrontal, la parte del cerebro que controla los impulsos, termina de desarrollarse alrededor de los 25 años. En otras palabras, los padres no deben sorprenderse si sus hijos de menor edad con teléfonos inteligentes no controlan sus impulsos.
Pros y contras
No hay duda de que los celulares inteligentes aportan beneficios. Con los aparatos, los niños tienen acceso a potentes aplicaciones, incluyendo herramientas educativas para estudiar, aplicaciones conversacionales para conectarse con amigos y el cúmulo de información existente en la red.
Sin embargo, también están un paso más cerca de juegos distractores, aplicaciones de envío de mensajes sexuales y aplicaciones de redes sociales donde acechan bravucones por internet. Ni siquiera los menores de más edad se encuentran inmunes: el año pasado, en una preparatoria de Colorado al menos 100 estudiantes se vieron inmiscuidos en un escándalo por intercambiar a través de sus dispositivos móviles fotos de ellos desnudos.
A fin de cuentas, esos contras superan los pros, dijo Weinberger. Si usted se tarda en dar teléfonos inteligentes a sus hijos, aun así muchos tienen acceso a herramientas de tecnología a través de aparatos como computadoras y tablets, añadió. La principal diferencia con un teléfono inteligente es que el niño lleva este último consigo a todas partes, incluyendo a donde sus padres no lo supervisan.
Enseñar responsabilidad
En última instancia, los padres determinarán cuándo necesita su hijo realmente un teléfono inteligente. Cuando llegue ese momento, existen enfoques para “tantear el agua” antes de darle uno.
Una opción popular es comenzar dándole a su hijo un celular restringido, como algunos que solamente pueden enviar mensajes y hacer llamadas, y ver si lo usa responsablemente.
Lynn Muscat, una madre de familia radicada en San Francisco, expresó que ella había considerado comprar un “celular tonto” para dar a su hijo de 10 años de edad y así estar en contacto mientras él iba a un campamento de verano. Terminó comprándole el LG GizmoGadget, un reloj inteligente de Verizon, que tiene capacidad de hacer llamadas y enviar mensajes y una lista restringida de contactos de manera que su hijo solamente pueda interactuar con la gente que ella haya aprobado.
La señora Muscat comentó que ni siquiera consideró comprar a su hijo un teléfono inteligente en parte porque pensaba que el aparato volvería a su hijo un blanco para los delincuentes. Además no le agradaba mucho ver cómo estos aparatos habían afectado a los niños cercanos a él.
“Me vuelve loca cuando veo a sus amigos todo el tiempo con sus aparatos – se ve muy antisocial”, dijo.
Controles paternos
Hay algunas opciones en los celulares que pueden ayudar a mantener a salvo a sus hijos cuando al fin reciban un celular. Además hay muchas aplicaciones que permiten a los padres agregar restricciones, como Qustodio, la cual deja a los padres monitorear los mensajes de texto de sus hijos, deshabilitar aplicaciones en ciertos momentos del día e incluso apagar su celular remotamente. Aunque eso pueda parecer un enfoque excesivo en la restricción del teléfono inteligente de un niño, la señora Weinberger comentó que su trabajo como mamá no era caerles bien a sus hijos.
“Mi único papel como madre es prepararlos para cuando yo no esté”, agregó. “Siendo ese el caso, a mis hijos no les van a gustar algunas de las cosas que yo diga –y está bien”.