México— Asentada en medio de la selva, rodeada de manantiales y arroyos que la atraviesan, la antigua ciudad de Palenque fue planeada por grandes arquitectos que aplicaron sus conocimientos en la ingeniera hidráulica, con la construcción de acueductos, puentes, drenajes, canales y estanques.
Como su nombre antiguo lo indica, Lakan-há (“Lugar de las grandes aguas”), esta ciudad que fue una de las más poderosas del Clásico Maya estuvo rodeada de depósitos y fuentes de agua que además de cubrir las necesidades urbanas y de subsistencia de sus habitantes, tuvieron una connotación sagrada, como representar portales al inframundo.
La prueba más evidente es el reciente hallazgo de un complejo sistema hidráulico que corre en el subsuelo del Templo de las Inscripciones, una de las construcciones más emblemáticas por su altura y por albergar en su interior la cámara funeraria de Pakal, notable gobernante de esa ciudad.
Descubierto este año, mientras realizaban trabajos de conservación arquitectónica del edificio, ese sistema de canales debió ser diseñado para “recrear metafóricamente el camino que condujera a K’nich Janaab’ Pakal a las aguas del inframundo”, explicó ayer en conferencia el arqueólogo Arnoldo González Cruz al dar a conocer este hallazgo que, dijo, obliga a replantear la teoría original sobre la construcción y cosmovisión en torno a esta pirámide.
Cuando en 1952, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier descubrió la cámara funeraria de Pakal, planteó la idea de que dicha tumba fue el punto de partida de la pirámide, pero este reciente hallazgo parece indicar que, más bien, el centro sobre el que se desplantó el edificio fue un manantial, el cual alimenta a este sistema acuífero que está conformado por tres canales, el principal de ellos con una longitud aproximada de 17 metros.
“La presencia de esta construcción hidráulica bajo el Templo de las Inscripciones hace pensar que sus constructores diseñaron este sistema mucho antes de que se proyectara el mismo templo”, explicó el investigador del INAH.
González Cruz, quien en 1994 descubrió el sarcófago de la Reina Roja, precisó que la construcción de estos canales datan del siglo VII y que fue el mismo Pakal quien proyectó este plan arquitectónico, ya que fue durante su reinado (615-683 d.C.) cuando comenzó la construcción del templo funerario. El edificio fue concluido por su primogénito, K’nich Kan B’ahlam.
“Creemos que el origen de esta corriente de agua fue el punto de partida desde el cual se erigió el templo y cuya finalidad era asociar a Pakal II con estos cuerpos de agua”, comentó.
Y es que para los mayas, el agua era uno de los caminos para llegar al inframundo. Así se puede ver en inscripciones jeroglíficas, como la contenida en un par de orejeras halladas entre el ajuar del gobernante palencano y que relatan que para ser recibido por el dios del inframundo, el difunto debía sumergirse en el agua del dios Chaac, deidad acuática de los mayas.
González Cruz sostuvo que esa interpretación cobra sentido con este hallazgo, dado que dicho sistema hidráulico pasa justo 1.70 metros por debajo de la cripta que contiene el sarcófago del dignatario, el cual está sellado con una lápida de unas siete toneladas de peso y decorada con bajorrelieves.
El coordinador Nacional de Arqueología, Pedro Francisco Sánchez Nava, destacó la importancia que para las culturas prehispánicas tuvo el inframundo, el sitio donde “nace el agua primigenia y donde se cierra el ciclo de la vida”. Se podría hacer una analogía con lo que se descubrió en La Ciudadela, en Teotihuacán, el cual estuvo inundado por mucho tiempo, comentó. En el caso de Palenque aún hay agua que corre por los canales.
El hallazgo de este sistema hidráulico se dio como parte de un proyecto de exploración que González Cruz lidera desde 2012 sobre el estudio y conservación arquitectónica del edificio. El arqueólogo explicó que al principio de los trabajos utilizaron un georradar que arrojó ciertas anomalías en el subsubsuelo del edificio, lo cual atribuyeron a una falla geológica. Al tratar de explorar esas posibles fallas fue que descubrieron este sistema de canales que sigue una dirección norte-sur.
Hasta ahora, explicó, ha sido imposible determinar el origen del canal principal pues se convierte en un conducto estrecho. Por ahora, la exploración se hizo con cámaras de video adaptadas a un par de pequeños vehículos y con la colaboración de personal que se introdujo varios metros. El equipo espera tener pronto la tecnología necesaria, como un georradar o robot.