CIUDAD DE MÉXICO, julio 25 (Agencias)
La igualdad ante la ley entre hombres y mujeres es un primer paso; sin embargo, destacó el secretario de Salud, José Narro Robles, por sí misma no garantiza esta igualdad en los diferentes ámbitos de la vida.
El funcionario señaló que ninguna ley ni política pública son suficientes para eliminar la inequidad por sí mismas, pues “es verdad que son indispensables pero por sí solas no van a transformar. La estructura y las prácticas sociales y culturales discriminatorias tienen incluso una fuerza mayor”.
Señaló que si bien el mundo ha cambiado en los últimos 25 años, y en el país se han superado muchos rezagos, principalmente en el ámbito de la educación, crecieron los niveles de escolaridad en nivel superior en mujeres y una mayor incorporación de las mujeres en una parte del mercado laboral tradicionalmente destinado a varones.
“Por ejemplo, en la Facultad de Medicina de la UNAM dos de cada tres de sus estudiantes son mujeres, ha habido un enorme cambio. Entre los estudiantes que son reconocidos y premiados como los mejores, en el 65 por ciento de los casos, se trata de mujeres; la eficiencia terminal es más alta en las mujeres que en los varones”, dijo.
Las situaciones de exclusión no sólo se dan en contextos desfavorecidos, sino también en la Academia, y ejemplificó que a nivel nacional son casi nulas las rectorías de universidades e instituciones de educación superior que son ocupadas por las mujeres.
Sin embargo, persisten las problemáticas más graves en nuestro país como que el analfabetismo y rezago escolar es más alto en mujeres que en hombres; de la gran mayoría de los jóvenes en edad de estudiar que no tienen acceso a la Universidad o al mercado laboral “la mayoría se trata de mujeres, es muy superior el rezago” en comparación con los varones, en el caso de la población indígena el pendiente es “mayúsculo”.
“Ser mujer y ser indígena es una doble condición para estar en situación de exclusión o en riesgo de ser excluida. Hay un enorme espacio y se tienen que generar políticas públicas para favorecer la incorporación de más mujeres al mercado laboral, porque la mitad de ellas no están trabajando. Hay un desnivel de ingreso pero todavía para trabajos iguales con salarios semejantes, el salario de las mujeres todavía es cinco por ciento o seis por ciento menor que los varones”.