diciembre 11, 2024
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julio 28, 2016 | 109 vistas

WASHINGTON (AP)

El jurista Paulo Abrão, responsable de las políticas de reparación para las víctimas de la dictadura en Brasil, será el nuevo secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hasta 2020, informó el miércoles el organismo.

Los siete integrantes del organismo seleccionaron al brasileño Abrão entre otros cuatro finalistas y remitieron su nombre al secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien confirmó la selección y lo designó para el puesto por un período de cuatro años, señaló la CIDH en un comunicado.

Profesor de derecho en Brasil y en España, Abrão reemplazará al mexicano Emilio Álvarez Icaza, cuyo mandato terminará el 15 de agosto.

El brasileño de 41 años es secretario ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur, así como presidente de la Comisión de Amnistía de Brasil, responsable de las políticas de reparación y memoria para las víctimas de la dictadura brasileña.

Un total de 90 candidatos se postularon a la Secretaría Ejecutiva, de los cuales quedaron como finalistas la estadounidense Elizabeth Abi-Mershed, el uruguayo Renzo Pomi, el colombiano Michael Reed-Hurtado y la beliceña Lisa M. Shoman, además de Abrão.

Durante un simposio celebrado a comienzos de semana, cuatro de ellos dieron gran importancia a la crisis financiera que agobia a la institución, que en mayo dijo que el 31 de julio de 2016 se vencerán los contratos del 40 por ciento de su personal y que no cuenta con los fondos ni espera obtenerlos para renovarlos.

María Isabel Rivero, portavoz de la CIDH, dijo el miércoles que la redistribución de fondos aportados por Estados Unidos permitirá conservar ese 40 por ciento del personal hasta fines de septiembre y que hay ofertas de otros países latinoamericanos para ofrecer fondos adicionales que extenderían su permanencia aún más.

“Compramos dos meses de tiempo, pero todavía la crisis continúa porque no hay fondos suficientes para retomar las funciones básicas para el cumplimiento del mandato de la comisión”, precisó Rivero.

Abrão se mostró el miércoles optimista sobre la superación de la crisis, a la que describió como “coyuntural”.

Los fondos ordinarios de la OEA, cercanos a 5 millones de dólares anuales, financian solo a 31 empleados de la CIDH, mientras que sus 47 funcionarios restantes son financiados gracias a donaciones.

“Me parece que un trabajo de diplomacia preventiva con contacto permanente con misiones podrá ser efectivo para modificar rápidamente esta realidad”, agregó el nuevo secretario ejecutivo.

Abrão dijo que la propuesta asomada por algunos países de mudar la sede de la CIDH fuera de Washington para reducir costos “no es la cuestión central”, sino más bien “generar unas condiciones efectivas institucionales para tener capacidad de planificación a largo plazo”.

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