Carla Ramírez.-
Sus rostros reflejaban la emoción e incertidumbre por el nuevo camino que emprenderán, pues dejan atrás a amigos, compañeros de aula y a sus inolvidables maestras, las primeras en su trayecto estudiantil.
Y es que aunque a su corta edad comprenden que dejan su escuelita para dar un paso más en su vida académica, nunca olvidarán su primer espacio escolar, pues ahí dijeron sus primeras palabras, muchos dieron sus primeros pasos y tropiezos, aprendieron los colores, los números, a dibujar, hicieron por primera vez alguna manualidad para mamá y papá, un sin fin de actividades que quedarán por siempre en sus corazones.
Este fue el escenario que se vivió en la graduación de la generación 2013-2016 de una conocida estancia infantil de la ciudad, donde los pequeñitos disfrutaron una solemne ceremonia en la que les hicieron entrega de sus constancias en presencia de sus padres y familiares más cercanos.
Fue así como cada alumno pasó al frente a recibir de manos de su directora y maestras su constancia de estudios, lo que llenó de júbilo a los chiquitines, que se sorprendieron enormemente con la formalidad del evento y no perdieron oportunidad de tomarse la fotografía del recuerdo junto a sus compañeritos y el cuerpo de docentes.
Sin embargo, las maestras que sabían perfectamente que al terminar las vacaciones ya no recibirían en sus aulas a sus pequeños alumnos, reflejaron en sus rostros la nostalgia por la partida de sus niños, aquellos que aunque les dieron mucha ‘guerra’ fueron más las alegrías y satisfacciones que recibieron al formar parte de su vida estudiantil.
Los padres de familia también se mostraron entusiasmados y no perdieron oportunidad de acercarse a las maestras para agradecerles su entrega y dedicación, su profesionalismo y su cariño para con sus hijos.
Así disfrutaron de una linda mañana los recién egresados junto a su familia, en medio de una solemne ceremonia de graduación.