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julio 29, 2016 | 110 vistas

LIMA, Perú, julio 28 (AP)

Pedro Pablo Kuczynski juró este jueves como presidente de Perú, con la promesa de convertirlo en un país moderno, con el mejor clima de negocios del Pacífico Sur, pero sin olvidar las necesidades de los más pobres.

Frente al parlamento dominado por la oposición, el economista Kuczynski aseguró que en su gestión de cinco años dotará a los peruanos más pobres de agua potable, educación y salud de calidad.

“Queremos ser ante el mundo un país serio, un estado con palabra, que tiene el mejor clima de negocios del continente y a donde todos quieran venir, ya sea para invertir, construir”, dijo en su discurso desde la tribuna parlamentaria.

“Quiero que el Perú sea un faro de civilización del Pacífico y Sudamérica al que todos miren con admiración”, añadió.

A diferencia de otros mandatarios de gobiernos pasados que usaron elegantes autos negros para llegar al parlamento unicameral, Kuczynski, de 77 años, se trasladó en su minivan roja personal que usó también para recorrer la capital durante su campaña electoral.

Kuczynski definió a Perú como un país donde sus pobladores más pobres “deben tener acceso al agua potable y al desagüe las 24 horas”. El presidente calcula que alrededor del 40 por ciento de la población de 32 millones de habitantes no posee servicios de saneamiento por lo que pidió al Parlamento opositor trabajar juntos en una política de ese tipo.

A su juramentación asistieron los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; de Ecuador, Rafael Correa; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Michelle Bachelet; de Argentina, Mauricio Macri, y de Paraguay Horacio Cartes. También estuvieron el rey emérito de España Juan Carlos I y el vicepresidente de Bolivia Alvaro García.

Su discurso tuvo momentos emotivos en los que recordó a su padre el médico alemán de ascendencia judía Max Kuczynski a quien definió como un profesional de la salud pública que trabajó “en los lugares más inhóspitos de Perú devolviendo la dignidad a los enfermos más marginados”.

Dijo que “no puedo defraudar su legado y no los defraudaré”.

Su intervención en el Palacio Legislativo no fue aplaudida por los 73 parlamentarios del dominante partido Fuerza Popular, de la lideresa Keiko Fujimori, hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori y quien fue derrotada en los comicios presidenciales de junio por Kuczynski.

“Pareció un discurso de Martin Luther King  ‘I have a dream’, ‘yo tengo un sueño’. Mucho idealismo, pero poco realismo”, criticó la parlamentaria fujimorista Lourdes Alcorta.

El presidente posee grados de economía en Oxford y Princeton además de haber trabajado en Wall Street y el Banco Mundial pero ha sido criticado por expertos por tener un gabinete de 19 ministros con mayor experiencia en el sector empresarial que en el manejo de la política.

La dependencia de los tecnócratas sacrificando a los operadores políticos podría ser costoso para Kuczynski, mientras lucha por abrirse camino ante un Congreso hostil y construye una red de apoyos más allá de la élite capitalina, en medio de la incertidumbre económica global causada por la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Los peruanos lo llaman “gringo”, en referencia a su anterior pasaporte estadounidense y al acento anglosajón que adquirió al haber vivido gran parte de su vida en el extranjero.

“No recuerdo en la historia del país a un gabinete más proempresarial”, dijo Francisco Durand, profesor de Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica de Perú y la Universidad de Texas en San Antonio.

Kuczynski fue elegido en una segunda vuelta en junio por 41 mil votos sobre Keiko Fujimori. Su partido tiene apenas 18 de las 130 sillas del Congreso, mientras que Fujimori goza de una sólida mayoría de 73 legisladores que frenará o aprobará cualquier iniciativa legislativa del nuevo presidente.

Incluso la izquierda, que regresó al parlamento después de 30 años de ausencia, tiene un bloque más grande en el Congreso que el oficialismo. Es probable que la izquierda modere el poder que mostró poco antes de los comicios presidenciales al apoyar a Kuczynski y organizar la marcha más grande en 16 años en Perú contra la hija de Fujimori.

Aunque Kuczynski dijo durante la campaña electoral que si Keiko Fujimori ganaba Perú se convertiría en un “narcoestado”, ahora su posición es más conciliadora.

Kuczynski y Fujimori también comparten, en líneas generales, una agenda de derechas aunque con diferentes bases de apoyo: Kuczynski de la élite educada y liberal, mientras que Fujimori de los más pobres de la ciudad y el campo, donde su padre aún es recordado por controlar la hiperinflación y derrotar a Sendero Luminoso en su gobierno entre 1990 y 2000.

“Él sabe muy bien que necesita el apoyo de ella (Keiko Fujimori) para gobernar”, dijo María Luisa Puig, analista del Grupo Eurasia, una consultora internacional de riesgo político.

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