Paoletti Rodríguez.-
Hace 71 años, “La Mixteca” llegó al Mercado Argüelles para convertirse en un negocio de tradición familiar que a lo largo de este tiempo ha ofrecido productos de calidad a todos sus clientes; la hija del fundador nos plática la historia de este negocio.
Dalia Josefina Méndez Domínguez narra que su padre, el señor Franco Tomás Méndez Gómez, se dedicaba al comercio, llegó a Ciudad Victoria desde un pequeño pueblito del estado de Puebla, aunque al principio no le convenció vivir en este lugar por su clima caluroso.
Fue por la insistencia de un tío abuelo, el doctor Antonio Méndez Cruz, quien fue de los primeros médicos en esta Ciudad, que decidió venirse a vivir a Victoria junto a su esposa y comenzó a trabajar como ambulante, vendiendo productos en los ejidos.
“Mi padre aceptó la invitación, hizo una visita pero no le gustó porque eran tierras muy calurosas y él venía de Puebla y a insistencia de mi abuelo de que viniera a establecerse, él se dejó venir con mi mamá que vinieron a radicar y nosotros aquí nacimos”, mencionó.
Después de mucho trabajar, a su padre le dan la oportunidad de obtener un local en el Mercado Argüelles hace 71 años, por la zona donde nacieron sus padres hablaban el idioma mixteco y fue así como nació el nombre de este negocio, “La Mixteca”, que ha sobreviviendo a los tres grandes incendios que este tuvo.
SU FUERTE ERA LA HERBOLARIA
Cuando abrió su negocio comenzó vendiendo productores de abarrotes, pero después convirtió su puesto en un negocio de herbolaria, un tema que conocía muy bien y con el tiempo fue ampliando su conocimiento con libros que sus hijos le regalaban.
“Después su fuerte fue la herbolaria porque él conocía como ninguno aquí ese tema, aquí venían a consultarle sobre las plantas, él sabía muy bien y le dejaba bien ese negocio, tanto que quise aprender pero como estudiaba y trabajaba ya no pude, pero se me hace un área muy bonita”, comentó.
A lo largo de 60 años su padre trabajó para mantener este negocio que le permitió mantener a su familia, fue cambiando de giro de venta conforme fue iba siendo conveniente, aunque la herbolaria era lo que mejor dominaba y le daba buen resultado.
Este local es el número uno, aunque la pintura se ha desgastado después de tanto tiempo, comenta que el local sobrevivió a tres incendios, en el último tuvo la suerte de que no llegó hasta sus productos, lo cual consideran una bendición ya que no tenía su negocio asegurado.
“El local aguantó los tres incendios, la última vez que se quemó no llegó hasta acá y él no tenía seguro pero no llegó hasta acá, me acuerdo que dijo que iba a abrir el negocio a ver si Dios le había resguardado su mercancía, y así fue”, señaló.
Ella y sus hermanos crecieron en el mercado Argüelles ayudando a su padre en el local, comenta que a la hora de comida se turnaban cada día para suplir a su padre mientras iba a alimentarse, aun siendo niños ya conocían todo del negocio.
“Nosotros crecimos en el mercado porque veníamos a cuidar el negocio cuando mi papa iba a comer aun así como niños nos responsabilizábamos, nos rolábamos a cada quien le tocó su tiempo de venir a cuidar La Mixteca”, comentó.
“LA MIXTECA” LE PERMITIÓ
TENER HIJOS EXITOSOS
Este local le dio la oportunidad de conseguir el recurso económico para mantener a su familia, su esposa y sus seis hijos, a quienes les ayudó a convertirse en profesionales y les inculcó buenos valores para ser personas de bien.
“Entonces ahí estuvo brindándonos el apoyo económico para la familia fuimos siete hijos y poco a poco mis hermanos tuvieron que migrar para hacer sus estudios profesionales en el estado de Puebla”, comentó.
Platicó que fueron dos mujeres y cuatro hombres, las ganancias de La Mixteca los ayudó para convertirse en ingenieros, doctores, y maestras, actualmente algunos ya murieron, pero lograron desempeñarse con satisfacción en sus áreas de trabajo.
“Todos tuvimos profesión, mi hermana y yo fuimos maestras, ella de primaria y cuando se jubiló se vino para acá, yo me jubilé en la UAT, mi hermano Abiel se convirtió en médico y él hizo el escudo de la UAT”, detalló.
Abiel Méndez Domínguez, titulado como médico partero, fue el creador del escudo de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, al concluir la preparatoria se fue a vivir a Puebla para poder estudiar medicina, él ya presentaba talento como dibujante.
Con una carta su madre lo enteró de que en Tamaulipas la UAT organizaba un concurso para elegir el que sería su escudo, y lo alentó a enviar una propuesta, así lo hizo y resultó ser el ganador.
SU HERMANA SE ENCARGÓ DEL NEGOCIO
Al fallecer su padre a los 87 años de edad, su hermana Amelia ya jubilada como maestra se encargó del negocio, pero como no conocía sobre herbolaria decidió meter otras cosas que se utilizan para el hogar y se encuentran en cualquier mercado.
“Metió otras cosas como canasta, molcajetes cosas para el hogar y ella se encargó durante once años de este negocio”.
Comenta que tanto su padre como su hermana trabajaron en La Mixteca hasta sus últimos días de vida. “Murió al pie del cañón porque nunca dejó trabajar, un par de días antes de morir dejó de venir, igual mi hermana ya cuando de plano no pudo”.
Su hermano Abiel falleció el seis de febrero de este mismo año, 20 días después su hermana Amelia.
Ahora ella ya jubilada como maestra decide continuar con la tradición familiar y encargarse de mantener viva “La Mixteca” aunque las ventas son bajas diariamente sale de su hogar para llegar a este negocio popular a atender a la poca clientela del día.
“Las ventas están bajas, pero la situación es en general en todo el mercado así está, hay mucha competencia pero cuando menos sale para el diario”, expuso.
Expresó que como su padre y hermana desea seguir trabajando hasta que le sea posible. “Quisiera seguir trabajando hasta que pueda en esta tradición como mi familia, es algo especial, mis padres nos inculcaron muchos valores, es una responsabilidad sacar adelante este negocio que mi padre formó con mucho trabajo”.