Paoletti Rodríguez.-
Anastasia y Jorge son dos jóvenes padres que viajan por la república buscando el sustento de su hogar, debido a la falta de un empleo estable en lo que saben y les gusta hacer y ante las necesidades económicas hace un año que recorren diversas ciudades.
De ellos dependen dos hijas de seis y siete años de edad, quienes se encuentran bajo el cuidado de su abuela, mientras que sus padres luchan por sacarlas adelante, y ante las circunstancias deben sacrificar tiempo con la familia para que puedan vivir bien.
Jorge Rojas nos cuenta que tienen más de un mes en la ciudad y como en otras ciudades llegaron para reunir recursos económicos para enviar a sus hijas, y continuar viajando, él es originario de la Ciudad de México y nos dice que la necesidad lo obligó a salir en busca de ganar dinero, como sabía sobre artes circenses, decidió auto emplearse de esta manera.
“Andamos juntos, tenemos dos hijas de siete y seis años, están con su abuelita y es un gran sacrificio salir y dejar a los tuyos pero es placentero también llegar y trabajar con otra gente, conocer personas con otras ideologías, eso no lo ves allá”, dijo.
Platica que en México se dedicaban a impartir talleres por medio de un programa de gobierno, sin embargo empezaron a dejar de pagarles y se vieron en la necesidad de salir a buscar otra forma de conseguir recursos para el sustento de la familia.
LES HA IDO BIEN EN VICTORIA
A Ciudad Victoria llegaron hace más de un mes, rentan un pequeño cuarto por la central y afirman que han tenido muy buena respuesta de la gente, cooperan con ellos y les parece un lugar con gente amable.
Recorren diversos cruceros, pero casi siempre se encuentran en el bulevar Adolfo López Mateos a la altura del Issste, durante la mañana permanecen cuatro horas y por la noche acuden a trabajar un par de horas para reunir más dinero.
“La gente aquí es muy amable, es una ciudad limpia y nos ha ido bien económicamente, lo que reunimos una parte se lo mandamos a nuestras hijas, compramos cosas para revender y se las enviamos también”, mencionó.
Desde tocar la percusión africana, malabares con golo, baile con hula hula, hula con fuego, cadenas, entre muchas otras artes circenses ofrecen en sus espectáculos estos jóvenes de 28 y 30 años de edad.
“Desde pequeño me llevaron al circo, ahí fue la primera vez que vi ese juego, malabares con golo y me gustan todas las actividades del circo y empecé a practicar hasta que tuve que salir de viaje lo volví a tomar, vi que podía ganar dinero pero si me tardé en aprenderlo al menos un años”, refirió.
Anastasia Carrillo comenta que en su infancia su padre la llevaba comúnmente a los circos y estas visitas fueron influyendo en su vida, cuando tuvo la oportunidad de aprenderlo lo hizo y después empezó a vivir de esta actividad.
“También siempre me han gustado los deportes, y cuando lo quise hacer se me hizo fácil, pero fue una necesidad de sacar un ingreso porque otros tipos de trabajos no te dan y decidimos hacerlo, dimos clases, pero también hay que salir a las calles porque no siempre hay evento o programas, pero nació por gusto”, explicó.
Señalan que para conseguir los instrumentos también se requiere de una gran inversión, porque son costosos y por su constante uso se les debe estar dando mantenimiento, aunado a esto deben pagar comida, hospedaje y pasajes, además de enviar dinero para sus hijas.
Anastasia expresa que era un gran hobbie, pero decidieron también implementarlo para conseguir, durante este año estuvieron viviendo en Monterrey, Nuevo Laredo, Reynosa, Tampico y ahora en Ciudad Victoria, aunque procuran no permanecer más de un mes para volver y ofrecer otro espectáculo a la gente.
PRETENDEN ROMPER TABÚES
Expresan que existe un marcado tabú en muchos lugares, donde juzgan a los artistas urbanos, tachándolos de vagos o drogadictos, sin embargo no saben qué vida lleva cada uno de estos jóvenes que tratan de ganarse la vida con lo que les gusta hacer, ante la falta de buenas oportunidades de empleo.
Comentan que lamentablemente los adultos están inculcando malos pensamientos en los menores, pues se han topado con niños que les gritan que busquen un trabajo o que se van a gastar el dinero en vicios, cuando ellos no saben aún el concepto de muchas cosas.
“La intención también es que queremos que sepan que somos artistas urbanos, pero hay que educar, a la gente no la vas hacer que lo comprenda diciéndoselo, pero si con tu talento y trabajo, incluso hay otras personas que sí reconocen nuestro trabajo, les llama la atención y es se siente bonito”, dijo.
Mencionó que la gente los juzga por trabajar en las calles, sin embargo expresan que esta es la manera que ellos eligieron de emplearse y les deja para que sus hijas vivan bien y puedan estudiar para salir adelante.
Asimismo añade que se requiere de una constante preparación, pues no solo se trata de ir pararse en un crucero y pedir dinero, pues ofrecen un espectáculo para que la gente se divierta y se entretenga, incluso para poder alegrarles el día.
“Hay que tener una preparación y quitarte la pena, lidiar con prejuicios nos dicen ponte a trabajar pero estamos tratando de que se diviertan un poco, de brindar un espectáculo, no pedimos limosna, y también es peligroso viajar, no solo la inseguridad es en Tamaulipas está en todo el país”, dijo.
Además de ofrecer espectáculos en cruceros, la joven pareja busca muchas formas de salir adelante, venden artículos por internet, él es artista plástico, ella artesana, e intentan estar vendiendo sus creaciones y ofrecen espectáculos privados en eventos.
La finalidad de este viaje que comenzaron hace alrededor de un año, fue para reunir recursos y empezar a realizar talleres en otra ciudad, aunque hasta el momento no lo han logrado porque surgen otros inconvenientes en cuanto a gastos.
En Ciudad Victoria planean estar 15 días más, Jorge regresará a la Ciudad de México para de ahí emprender otro viaje hacia Durango, Ciudad Juárez, Sonora, hasta llegar a Tijuana, por su parte Anastasia acudiría a Morelia de donde es originaria, y tiene un proyecto para dar clases por parte de gobierno en casas de artesanía.
Los dos jóvenes esperan pronto reunir recursos y encontrar un empleo estable en lo que saben hacer para establecerse en alguna ciudad junto a sus hijas.