KANSAS CITY, Kansas, EE.UU. (AP) — El tobogán acuático anunciado como el más alto del mundo estuvo cerrado el lunes mientras autoridades investigan las causas que rodean la muerte de un niño de 10 años, hijo de un legislador estatal, por una lesión de cuello cuando se deslizaba por él.
Los detalles sobre lo que le ocurrió el domingo a Caleb Thomas Schwab en el «Verruckt» —alocado en alemán— de 51 metros (168 pies) de altura, seguien siendo poco claros. El tobogán es la principal atracción del Parque Acuático Schlitterbahn en Kansas City, Kansas, desde que fue inaugurado hace dos años.
Según un comunicado de la policía de Kansas City el lunes por la tarde, Caleb sufrió una lesión fatal de cuello aproximadamente a las 14:30 cuando se deslizaba con dos mujeres, ninguna de ellas relacionado con él. Las mujeres sufrieron heridas faciales menores y fueron atendidas en un hospital de la zona, señalaron las autoridades.
Personal de emergencias desplazado al lugar encontró al niño sin vida en una piscina al final del tobogán, según un comunicado que no proporcionó detalles.
En un comunicado emitido el lunes por la tarde, directivos del parque Schlitterbahn dijeron que estaban «profunda y extremadamente tristes por la familia Schwab y por todos quienes fueron impactados por el trágico accidente». El parque reabrirá posiblemente el miércoles, pero «Verruckt está cerrado», agregó la nota.
El portavoz de la policía, Cameron Morgan, dijo que no había ningún comunicado del departamento sobre el incidente. Señaló que investigadores estaban tratando la muerte de Caleb como un «asunto civil» y no criminal, y remitieron preguntas adicionales a los administradores de las instalaciones.
Winter Prosapio, vocera de Schlitterbahn, rechazó el lunes solicitudes de entrevista pero dijo a reporteros un día antes que Caleb estaba en el parque con familiares, y agregó «honestamente, no sabemos qué sucedió».
No quedó claro de inmediato si se revelarían públicamente los resultados de la autopsia realizada el lunes al menor y cuándo podría suceder dijo Margaret Studyvin, de la oficina forense del condado Wyandotte.
