BAGDAD (AP) — Doce recién nacidos fallecieron en un incendio registrado durante la noche en un hospital de Bagdad, según dijeron las autoridades el miércoles, en un suceso probablemente causado por un fallo eléctrico.
Por la mañana, padres golpeados por el dolor buscaban en vano a sus hijos desaparecidos mientras familiares indignados se reunían ante el hospital de Yarmouk, en el oeste de Bagdad, y culpaban al gobierno de la tragedia.
El director del hospital, Saad Hatem Ahmed, dijo que el incendio había comenzado el martes a última hora de la noche, y que las investigaciones preliminares apuntaban a un fallo eléctrico como origen del fuego. Ocho bebés y 29 mujeres hospitalizadas fueron trasladadas desde el ala donde se declaró el incendio a otro hospital.
Las autoridades locales acordonaron el hospital en un principio, pero después permitieron el acceso a algunos medios.
En el ala de maternidad, equipos forenses con máscaras y guantes buscaban entre los escombros y muebles calcinados. Una cinta amarilla cerraba la entrada al ala, impidiendo que los reporteros se acercaran más.
Algunos de los familiares que lloraban en el exterior afirmaron que sus bebés seguían desaparecidos y exigieron una respuesta de las autoridades.
Un padre, Hussein Omar, trabajador de la construcción de 30 años, dijo que había perdido a sus mellizos en el incendio, un niño y una niña nacidos la semana pasada. El hospital le dijo que los buscara en otro hospital de Bagdad al que se habían trasladado algunos de los pacientes durante el fuego.
Omar dijo que había buscado pero no los encontró en ninguna parte, de modo que volvió a Yarmouk. El personal del hospital le dijo que buscara en la morgue.
«Sólo encontré trozos de carne calcinada», dijo Omar entre lágrimas. «Quiero a mi niño y a mi niña de vuelta. El gobierno debe devolvérmelos».
Cerca, Shaima Hassan estaba en pie, aturdida y temblando por la conmoción tras perder a su hijo de dos días. La mujer, de 36 años, había pasado más de un año visitando hospitales dentro y fuera de Irak intentando concebir.
«Esperé mucho tiempo para tener esté bebé, y cuando por fin lo tuve, perderlo sólo tomó un segundo», dijo mientras sostenía un puñado de documentos ennegrecidos en las manos, cubiertas de quemaduras.
La mujer recordó cómo había comenzado el caos a medianoche en el ala de maternidad, situada en la planta baja.
«La gente empezó a gritar, ‘Fuego, fuego’, y a correr», dijo Hassan. Ella y su esposo, que estaba de visita, corrieron hacia la sala de los recién nacidos pero una densa humareda les impidió acceder.
«Entonces, alguien rompió una ventana y me lanzó fuera», dijo.
Eshrak Ahmed Jaasar, de 41 años, dijo que no lograba encontrar a su sobrino de cuatro días.
«Vine temprano esta mañana para ver a mi sobrino y a su madre, pero me dijeron lo del incendio», dijo Jaasar. «Mi sobrino sigue desaparecido y a su madre la trasladaron a otra ala del hospital».
La mujer dijo seguir conmocionada y sentir mucha amargura.
«Pagamos a los empleados del hospital miles de dinares iraquíes para que nos permitan entrar para llevar a nuestros seres queridos comida y leche, que no pueden proporcionar», dijo Jasaar. «Es un gobierno corrupto al que no le importan sus ciudadanos y dejan que esto ocurra».
Los incendios provocados por problemas eléctricos son habituales en la capital iraquí y otras partes del país debido al mal mantenimiento y a instalaciones eléctricas deficientes.
La falta de salidas de incendios también contribuye al peligro cuando se producen fuegos. Además, empresas constructoras y proveedores de materiales incumplen de forma generalizada los estándares establecidos.