diciembre 14, 2024
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agosto 11, 2016 | 155 vistas

ATENAS, Grecia (AP) — Los arqueólogos han hecho un hallazgo siniestro en la cima de una montaña griega consagrada al dios Zeus, lo cual podría corroborar una de las leyendas más oscuras de la antigüedad.

Durante una excavación en el monte Lykaion, otrora venerado como el lugar del nacimiento de Zeus, apareció el esqueleto de un adolescente de hace 3.000 años entre las cenizas de animales sacrificados durante más de un milenio al padre de los dioses griegos, informó el ministerio de Cultura el miércoles.

El esqueleto fue hallado en el centro de un altar de 30 metros (100 pies) de ancho, al lado de una plataforma de piedra hecha por el hombre.

Los excavadores dicen que es muy temprano para especular sobre la causa de la muerte del adolescente, pero el descubrimiento es notable porque el monte Lykaion fue vinculado durante siglos con los cultos griegos más perversos: Escritores de la antigüedad —incluido a Platón— lo relacionaron con sacrificios humanos a Zeus, una práctica que los arqueólogos muy raras veces han podido confirmar en el mundo griego y nunca en la Grecia continental.

De acuerdo con la leyenda, un niño era sacrificado con animales y toda la carne era cocinada junta para luego ser servida. Quien se comía la parte humana se convertiría en lobo durante nueve años.

«Varias fuentes literarias de la antigüedad mencionan rumores de que se realizaban sacrificios humanos en el altar, pero hasta hace unas semanas no había rastro alguno de huesos humanos en el lugar», dijo el excavador David Gilman Romano, profesor de arqueología griega en la Universidad de Arizona.

«Sea un sacrificio o no, este es un altar de sacrificios … así que no es un lugar donde enterrarían a una persona. No es un cementerio», agregó Romano a The Associated Press. Un detalle muy inusual, añadió, es que el cráneo no tiene la parte superior, mientras que el cuerpo estaba colocado en medio de dos líneas de piedras sobre un eje en dirección de este a oeste, con bloques de piedra que cubrían la pelvis.

La cima de la montaña en la región del Peloponeso es lugar más antiguo de adoración a Zeus que se conoce, y aún sin el elemento de posible sacrificio humano, fue un lugar donde se sacrificaron muchos animales en honor al dios.

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