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agosto 11, 2016 | 105 vistas

RIO DE JANEIRO, Brasil, agosto 10 (AP)

La primera presea para México en los Juegos Olímpicos de Río tendrá que seguir esperando. Los clavadistas Jahir Ocampo y Rommel Pacheco terminaron este miércoles en el quinto puesto de los sincronizados desde el trampolín de tres metros, una de las principales apuestas de la delegación azteca para figurar en el medallero.

Ocampo y Pacheco, quienes ocupan el sexto puesto en las clasificaciones mundiales de la FINA, terminaron con 405.30 puntos en la prueba, ganada por los británicos Jack Laugher y Chris Mears con 454.32. La plata se la quedaron los estadounidenses Sam Dorman Mike Hixon con 450.21 y el bronce fue para los chinos Yuan Cao y Kai Qin con 443.70.

Los clavados, la disciplina que más medallas le ha dado a México en su historia olímpica con 13, no han redituado buenos dividendos en Río. Concluidas las primeras cuatro pruebas, todas de sincronizados, la delegación mexicana de la especialidad tiene un redondo cero en preseas.

Su mejor actuación fue en la plataforma de hombres, donde Germán Sánchez e Iván García ocuparon la quinta casilla, pero nunca estuvieron en la pelea por las medallas durante la prueba. Paola Espinosa y Alejandra Orozco fueron sextas, también en plataforma.

En una competencia desarrollada bajo una lluvia que no cesó durante los cinco saltos, la dupla mexicana nunca obtuvo notas que la insertaran dentro de la pelea por el podio.

Se mantuvo en el sexto puesto desde su primera y hasta su tercera ejecución y la esperanza de una remontada se extinguió en el cuarto, porque Ocampo perdió la vertical al entrar al agua y los jueces penalizaron su pifia con una evaluación de 6.0 puntos.

Pese a esa ejecución, ascendieron al quinto lugar gracias a un mal salto de los italianos Giovanni Tocci y Andrea Chiarabini, pero la baja puntuación los alejó a 17 puntos del tercer puesto, que en ese momento era de los chinos.

Con dos ejecuciones por delante, los mexicanos volvieron a errar en el quinto salto, nuevamente por una mala entrada al agua de Ocampo, que liquidó las aspiraciones.

En su último clavado, Ocampo falló en su ejecución y reclamó ante los jueces que el flash de una cámara lo había distraído. Ocampo fue a reclamar y minutos después subió con su compañero al trampolín en lo que parecía una repetición del salto. Finalmente no se los concedieron y tuvieron que descender de nuevo.

Continuaron los reclamos de ambos y de su entrenadora china Ma Jin. Sin éxito.

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