septiembre 7, 2024
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agosto 11, 2016 | 123 vistas

José del Carmen Perales Rodríguez.-

La falta de espacios en las instituciones públicas de educación superior en la entidad plantea un panorama difícil para los padres de familia, que se enfrentan a la disyuntiva de pedirles a sus hijos esperar un año o en su defecto gastar hasta diez veces más, dependiendo de la carrera, en una escuela privada.

De acuerdo a una investigación realizada por El Diario, mientras en las universidades públicas los periodos, sea cuatrimestre o semestre, tienen un costo total entre los tres mil y cinco mil pesos, en las privadas pasa de cinco mil a ocho mil pesos mensuales, lo que equivaldría a entre 32 mil y 48 mil pesos dependiendo de la duración del periodo.

Aparte, los padres de familia, en el caso de las particulares, tienen que desembolsar inscripción, uniforme obligatorio, calzado, útiles, transportación, alimentación, situación que no cambia con respecto a las públicas salvo el caso del uniforme.

La carrera más costosa en el caso de las escuelas privadas es la de medicina, que se imparte en dos de ellas, cuya colegiatura mensual es siete mil 500 pesos en el caso de la Universidad del Valle de México (UVM), mientras que en Universidad La Salle (Ulsa) Victoria son ocho mil pesos.

Comparativamente, la misma carrera, pero en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) que sólo la oferta en Tampico y Matamoros, tiene un costo por periodo en este caso agosto-diciembre de alrededor de cinco mil pesos, sumándole uniforme y zapatos blancos, así como otros materiales de consumo para realizar las prácticas.

Otra de las instituciones públicas con mayor demanda es la Universidad Politécnica de Victoria (UPV), la cual en promedio en sus cinco carreras que oferta en plan cuatrimestral cobra alrededor de tres mil pesos; sin embargo, la exigencia de sus planes de estudio propicia que sean pocos los aspirantes a ingresar que quedan fuera.

En ambos casos, UAT y UPV, aunque han ido gradualmente aumentando los espacios disponibles, también tienen focalizada la demanda en determinadas carreras, la primera las del área de las salud, mientras que la segunda en mecatrónica y tecnologías de la información, que lógicamente es en las que quedan fuera más aspirantes.

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