SAN BERNARDINO, California, EU., agosto 17 (AP)
Un nuevo gran incendio en California avanzó el miércoles hacia miles de casas, consumiendo vegetación seca por la sequía y destruyendo una cantidad desconocida de instalaciones, mientras alcanzaba un tamaño de casi 122 kilómetros cuadrados (47 millas cuadradas).
Las llamas subieron por las laderas de las montañas de San Gabriel rumbo a la ciudad de Wrightwood, donde las autoridades dijeron que solo la mitad de la comunidad de cuatro mil 500 residentes había acatado la orden de evacuación.
Funcionarios calcularon que se habían emitido órdenes de evacuación a más de 34 mil hogares y unas 82 mil personas.
“Este no momento para tomar las cosas a la ligera”, dijo el jefe de escuadrón Mark Peebles, del Departamento de Bomberos del Condado de San Bernardino. “Si te piden que evacues, por favor evacua”.
Menos de 24 horas después de que el siniestro comenzó a 97 kilómetros (60 millas) al este de Los Angeles, los bomberos juntaron una flota de diez avionetas, 15 helicópteros y un ejército de mil 300 bomberos, muchos de los cuales recién terminaron de apagar un incendio que ardió por diez días al este del nuevo siniestro.
Durante un informe realizado al amanecer, la mitad de los bomberos levantaron sus manos cuando un funcionario preguntó cuántos habían terminado de combatir el incendio previo, uno de los siniestros que han aparecido este año en el norte y sur de California.
El incendio comenzó el martes por la mañana en Cajon Pass, carretera importante y corredor de trenes situado entre montañas que separan grandes poblados del sur de California del desierto de Mojave al norte.
Muchos tractocamiones estaban estacionados en ambos lados de la carretera, esperando que reabran la autopista 15 y otras carreteras. Tomar rutas alternas significaba desviarse mucho. Cajon Pass es una ruta importante hacia la región de Los Ángeles y Las Vegas y también sirve diariamente a muchos motoristas que viven en el área del desierto.
La velocidad con la se propagó el incendio asombró a todos que estuvieron a su paso.
“Esto avanzó tan rápido”, dijo Darren Dalton, quien junto con su esposo e hijo tuvieron que evacuar su casa en Wrightwood. “Fue de, ‘¿Has oído que hay un incendio?’ a, ‘evacuación obligatoria antes de que puedas procesar todo. Esta es una comunidad pequeña y unida. Siempre muy animado. De pronto es un pueblo fantasma”.