ALBANY, Louisiana, EU., agosto 17 (AP)
El olor de agua lodosa dominaba el aire mientras la gente comenzaba a revisar sus pertenencias anegadas y arrancaba alfombras el miércoles en el inundado sur de Louisiana, que ahora enfrenta el duro reto de cómo albergar a miles de desplazados.
Incluso mientras las aguas retrocedían en algunas áreas, en otras estaban subiendo en algunas comunidades río abajo, forzando a muchos a escapar a los albergues.
Las autoridades ofrecieron una sombría imagen de la crisis: al menos 40 mil viviendas dañadas y once personas muertas en las peores inundaciones en la historia del estado. Más de 30 mil personas han sido rescatadas desde el viernes.
El miércoles, más de 110 carreteras estatales seguían cerradas, además de numerosas rutas locales.
En medio de aislados reportes de saqueos, el gobernador John Bel Edwards dijo que distritos con severos daños fueron colocados bajo toque de queda el martes por la noche.
Las aguas dejaron atrás una atmósfera de determinación para recuperarse mezclada con incredulidad e incertidumbre: residentes y dueños de negocios en el pueblo de Albany recalcaron reiteradamente que el área no se había inundado antes, y no se requería seguro para inundaciones.
La gente está usando máscaras quirúrgicas para la ardua tarea de arrancar alfombras, cartón yeso y aislante térmico. También sacaron arañas y cucarachas de los desagües.
Las autoridades comenzaron a ir casa por casa para asegurarse del paradero de todo el mundo. Revisaron además innumerables automóviles atrapados en la inundación.
“No creo que tengamos una idea precisa de la cantidad de personas desaparecidas”, dijo el gobernador.
Unas 68 mil personas han solicitado asistencia de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias y se espera que la cifra aumente. Veintidós distritos fueron incluidos en la declaración federal de desastre.
En al distrito de Livingston, una de las áreas más afectadas y con 138 mil habitantes, se estima que 75 por ciento de las viviendas sufrieron pérdida total.
Funcionarios del distrito fueron a Baton Rouge el martes para hablar con representantes federales sobre la necesidad de albergue temporal para los socorristas, un indicio de la crisis de viviendas que muy probablemente se producirá con tantas personas fuera de sus casas por semanas y quizás meses.
Ríos y arroyos seguían peligrosamente crecidos al sur de Baton Rouge mientras las aguas se drenaban en el Golfo de México.
El Comisionado de Seguros Jim Donelon dijo que en el área de Baton Rouge apenas 12 por ciento de las residencias estaban cubiertas con seguro para inundaciones, y 14 por ciento en Lafayyete, algo que consideró “impactante”.