CIUDAD DE MÉXICO, agosto 17 (AP)
El “valiente” movimiento de un cártel mexicano de la droga en ascenso al secuestrar al hijo del encarcelado Joaquín “El Chapo” Guzmán enciende las alarmas ante una posible ola de violencia por el desafío directo al cártel de Sinaloa.
El secuestro parece ser el último golpe para socavar la autoridad del encarcelado capo de la droga y ocurre poco después de que hombres armados invadieron la vivienda de su madre en el estado de Sinaloa.
El fiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer, confirmó el martes en la noche que Jesús Alfredo Guzmán Salazar, de 29 años, estaba entre la media docena de hombres secuestrados esta semana en un restaurante del balneario de Puerto Vallarta, en la costa mexicana del Pacífico. Los secuestradores pertenecen al cártel rival Jalisco Nueva Generación, agregó.
El poder y alcance de la organización de Jalisco, conocida como CJNG, creció con rapidez en los últimos años, a menudo en competencia directa con el grupo de Guzmán, que es considerada desde hace mucho la pandilla de narcos más poderosa de México.
“Esto podría indicar una escalada”, dijo Samuel Logan, socio gerente de la consultora de seguridad Southern Pulse, acerca del secuestro. “este es un movimiento muy valiente”.
Según Almaguer, siete hombres armados irrumpieron en una celebración a la que asistían 16 personas en el exclusivo restaurante La Leche, en la zona hotelera de Puerto Vallarta, alrededor de la una de la madrugada del lunes. Separaron a las nueve mujeres a un lado y tomaron a los siete hombres, uno de los cuales al parecer escapó, agregó. Autoridades dijeron que no se tiene conocimiento de que se haya solicitado un rescate.
El cártel de Jalisco se labró una reputación por sus ataques frontales contra las autoridades del estado, pero también se ha establecido en zonas lejanas como Veracruz o Baja California Sur.
“No me sorprende que hayan presionado para llevar la escalda al próximo nivel”, dijo Logan. “Y si algo de lo que creo pasa en los próximos diez días esto se va a confirmar. Estos chicos no van a esperar para devolverla”.
Este sería el último indicio de que el dominio del cártel de Sinaloa no es el que era en el pasado. Se dice que “El Chapo” administraba sus actividades desde la cárcel hasta que se escapó por segunda vez en el 2015, y cuando fue recapturado se le impusieron medidas de seguridad más estrictas en el penal de Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, en el que está internado.
En los últimos meses se reportaron otras afrentas contra el capo del narcotráfico. En junio, la prensa informó que un escuadrón armado entró a la casa de la madre de Guzmán y sustrajo vehículos y otras propiedades.
“En este momento hay una guerra por el control del cártel de Sinaloa, y en esa guerra, se está centrando el tema en ataques a sus familiares”, dijo Raúl Benítez, especialista en seguridad y profesor de ciencias políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Jesús Alfredo Guzmán lleva años en el radar de las autoridades. En 2009, Estados Unidos lo acusó de tráfico de drogas en Chicago, junto a su padre y a otros líderes de su organización.