Los niveles de productividad de un trabajador o estudiante, estarían ligados a su manera de dormir y optimizar sus horas de sueño. Por otra parte, la falta de descanso se representa directamente en la poca capacidad visual, afectación en la interpretación de la lectura y desencadena en cansancio, pesadez, enfermedades gástricas, además de descenso de energía.
Asimismo, la falta de sueño, al menos de cinco horas y media diarias con descanso total, intervendrá en las funciones del cuerpo y las habilidades cognitivas.
Tras cumplir con las necesidades del cerebro, se detectará el momento idóneo para aprovechar al máximo el reloj biológico de la concentración.
Levantarse, tomar un desayuno rico en nutrientes y proteína, programar una agenda y hacerse cargo de cumplir con las tareas, tratando en lo posible de aislar las distracciones, sacará provecho de un día de trabajo o estudio.
En la opinión de Gaby Manzur, especialista de la plataforma de Octhopus, una manera eficaz para ser productivo es ordenar y hacer un cronograma de acciones que reten al cerebro a conectarse y sacar el máximo provecho.
«Los seres humanos tenemos diferentes tipos de respuesta hacia las responsabilidades. Mientras alguien es muy activo en la mañana, otros lo serán en la noche. Lo ideal es apagar todos los aparatos electrónicos antes que se adueñen de nosotros, acostarse a dormir antes de las 10 de la noche y hacer ejercicio; así, definitivamente, al día siguiente todo saldrá mejor», comentó Manzur.
Las presiones laborales podrían distorsionar la sensación de sentirse concentrado y activo. Sólo se requiere comenzar el ciclo a partir del sueño, la buena alimentación y el orden.
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