ESTAMBUL (AP) — Un atacante suicida del grupo Estado Islámico que podría haber tenido apenas 12 años detonó una bomba en una fiesta de bodas curda en el sureste de Turquía, con un saldo de al menos 51 muertos y decenas de heridos, aseguró el presidente turco el domingo.
El ataque el sábado por la noche en Gaziantep, cerca de la frontera con Siria, fue el más mortífero en Turquía en lo que va del año.
El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo en un mensaje televisado que el atacante tenía entre 12 y 14 años. Dijo que de 69 heridos, 17 se encontraban en estado crítico.
«Era evidente que ‘Daesh’ tenía esa organización en Gaziantep o intentaba hacerse un lugar recientemente», dijo Erdogan, empleando la sigla árabe del grupo Estado Islámico. «Se realizaron, se están realizando muchas operaciones intensas. Desde luego, nuestras fuerzas de seguridad realizarán estas operaciones con intensidad aún mayor».
Un conductor de autobús que llevó a algunos invitados de Siirt a Gaziantep dijo que le parecía increíble que atacaran una boda.
«Era una fiesta de bodas. Nada más que una fiesta de bodas normal», dijo Hamdullah Ceyhan a la agencia estatal Anadolu. «Este ataque fue deplorable. ¿Cómo pudieron hacer semejante cosa?
La novia y el novio estaban en tratamiento y su vida no corría peligro, informó Anadolu. La hermana y el tío del novio estaban entre los muertos, añadió.
Turquía ha sufrido una serie de atentados este año, algunos reivindicados por milicianos curdos vinculados con el proscrito Partido de los Trabajadores de Curdistán (PKK por sus siglas en turco), otros atribuidos al grupo Estado Islámico. En junio, presuntos milicianos del grupo mataron a 44 personas en un ataque con armas y bombas al aeropuerto de Estambul. Un doble ataque suicida a un acto por la paz en Ankara, atribuido al Estado Islámico, dejó 103 víctimas fatales en octubre.
El país aún se repone de un intento fallido de golpe de Estado en julio, que el gobierno atribuye al clérigo musulmán Fethullah Gulen —radicado en Estados Unidos— y sus seguidores. Gulen niega toda participación.
Previamente, Erdogan dijo que no había «la menor diferencia» entre el grupo Estado Islámico, los rebeldes curdos y el movimiento de Gulen, a los que calificó de terroristas.
«Estas organizaciones ávidas de sangre y las potencias que las respaldan no tienen la voluntad ni el poder de acallar los llamados a oración, arrear la bandera, dividir a la patria y separar nuestra nación», añadió.
En Gaziantep, el viceprimer ministro Mehmet Simsek y el ministro de Salid visitaron a los heridos e inspeccionaron el lugar del hecho.
«Esta es una masacre de crueldad y barbarie sin precedentes», dijo a la prensa. «Estamos unidos contra todas las organizaciones terroristas».
El primer ministro Binali Yildirim condenó el ataque que transformó «una fiesta de bodas en un lugar de luto» y prometió vencer los ataques «demoníacos».
Los partidos opositores anunciaron reuniones de emergencia y actos de repudio para las próximas horas.
Estados Unidos, Suecia, Grecia, Francia, Bahréin, Catar, Jordania y otros gobiernos extranjeros condenaron el ataque.
La policía cerró el acceso al lugar de la explosión, donde trabajaban los equipos forenses.
Cientos de vecinos se congregaron cerca del lugar al grito de «Alá es grande» y consignas contra los ataques.
Las autoridades turcas impusieron la censura hasta que se complete la investigación.