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agosto 25, 2016 | 102 vistas

AMATRICE, Italia, agosto 24 (AP)

Cuadrillas de rescatistas con excavadoras y sus propias manos se apresuraban para sacar sobrevivientes de entre los escombros dejados por un fuerte terremoto que destruyó el miércoles tres poblados en la parte central de Italia.

La cifra de fallecidos subió a 159, pero el número total de personas muertas o desaparecidas era incierto debido a la presencia de miles de vacacionistas en el área durante los últimos días del verano.

Los residentes fueron despertados antes del amanecer por el movimiento telúrico y emergieron de sus derrumbadas casas para encontrarse con lo que describieron como escenas apocalípticas similares “al infierno de Dante”, con manzanas completas de edificios convertidas en montones de arena y piedra, polvo denso que hacía el aire irrespirable y un fétido olor a gas.

“El poblado ya no existe”, dijo Sergio Perozzi, alcalde de Amatrice, la localidad más dañada. “Creo que la cifra de víctimas va a aumentar”.

El terremoto de magnitud 6.2 ocurrió a las 3:36 de la madrugada y se sintió a lo largo de una amplia sección del centro de Italia, incluida la capital, Roma, donde los residentes sintieron el largo sismo y las réplicas que le siguieron. El temblor sacudió la región de Lazio, así como la de Umbría y Le Marche, en la costa del mar Adriático, una zona altamente sísmica en la que se han registrado terremotos fuertes en el pasado.

Decenas de personas fueron sacadas con vida por equipos de rescate y voluntarios que llegaron de varias partes del país.

“¡Ella está viva!”, exclamaron dos mujeres mientras corrían por una calle en Pescara del Tronto, una de las tres villas pequeñas más afectadas, después que una niña de diez años fue sacada de los escombros 17 horas después de ocurrido el sismo.

Y hubo gemidos cuando emergían cadáveres.

“Desafortunadamente 90 por ciento de los que sacamos están muertos, pero algunos logran sobrevivir, por eso estamos aquí”, dijo Christian Bianchetti, un voluntario de la ciudad de Rieti que estaba trabajando en la devastada Amatrice, donde se colocaron reflectores para que el esfuerzo de rescate pudiera continuar durante la noche.

El primer ministro Matteo Renzi llegó a la zona el miércoles, donde saludó a equipos de rescate y sobrevivientes. Al menos 368 personas resultaron heridas. El funcionario prometió que “ninguna familia, ninguna ciudad será dejada en el olvido”.

Las poblaciones más afectadas fueron las pequeñas aldeas de Amatrice y Accumoli cerca de Rieti, ubicadas aproximadamente a 96  kilómetros (60 millas) al noreste de Roma, y Pescara del Tronto, que se encuentra 25 km (15 millas) más al este.

La agencia de protección civil de Italia indicó que la cifra de muertos había alcanzado ya los 159. Anteriormente ya había establecido campamentos alrededor de cada poblado para albergar a miles de residentes que quedaron sin vivienda.

Beatrice Lorenzin, ministra de Salud de la nación, visitó el área devastada y dijo que muchas de las víctimas eran niños. La zona del terremoto es un lugar popular en el que los residentes de Roma tienen una segunda casa, y la población aumenta en agosto cuando la mayoría de los italianos toman sus vacaciones de verano antes de que se reanuden las actividades escolares.

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