Rubén Jasso.-
Sus formas de esparcimiento en la infancia distaban mucho del rol que generalmente asumiría una niña en edad promedio de seis o siete años, pues lejos de peinar y vestir a una muñeca o jugar “a las comiditas”, sus horas fuera de las obligaciones escolares, las disfrutaba de una manera completamente distinta: pateando una pelota.
Y el motivo era sencillo de entender, pues alrededor de su domicilio había niños y más niños… niñas no, solo ella.
Fue así que empezó a tomar gusto por el futbol, sin saber que al paso de los años, el balompié se convertiría en el motor de su vida, en el motivo de sus alegrías y en la razón de sus sueños que aún le faltan por cumplir.
Con esa limpia sonrisa que la distingue junto a esa alegría que transmite al hablar, Rocío Aguirre Navarro, ampliamente conocida también como “La Pulga”, accede a charlar con este medio, sobre esos episodios de su vida que la llevaron a tomar el sendero del futbol, deporte al que simplemente no cambiaría por ningún otro.
Luego de tomar las respectivas gráficas para ilustrar la entrevista debido a la presencia de nubarrones que anunciaban tormenta, la joven futbolista originaria de esta Capital y quien cuenta con 23 años de edad, nos relata su historia.
LA DECISIÓN
“El futbol empezó porque donde yo vivía en una colonia, una vecindad, no había niñas con quién jugar y jugaba con puros niños, entonces a partir de ahí fue que empecé a jugar y desde ahí hasta ahorita no he dejado el futbol”, comenta de entrada, agregando que en su familia no existen antecedentes de alguien que haya practicado el balompié, “yo soy la primera”, dice con orgullo.
Como si fuera ayer, recuerda cuando tomó la decisión de tomar el futbol como algo más que una simple distracción, “Tenía siete años y a partir de ahí empecé, igual empecé en la primaria y de ahí fui a la selección Victoria y a partir de ahí me hicieron la invitación a la selección Tamaulipas”, explica.
Sus aptitudes en la cancha eran tan notables, que al entrar a la Secundaria Cuatro, rápidamente fue incluida en el equipo del plantel, portando el gafete de capitán por ese liderazgo que mostraba dentro del rectángulo verde, dándose cuenta además, que el futbol era un complemento ideal para sus estudios, pues gracias a sus habilidades, empezaban a surgir oportunidades de ser becada en instituciones de un sólido prestigio.
“A partir de la secundaria me di cuenta que el futbol te da otras oportunidades, tanto relaciones de amistad como la oportunidad de tener una carrera, yo afortunadamente desde secundaria tuve becas y hasta ahorita que voy a empezar mi maestría en Guadalajara también voy becada por el futbol, entonces pues toda mi carrera ha sido jugar futbol y voy a aprovechar todo para seguir jugando, y aparte lo hago con gusto”, señala.
UN SUEÑO
Convencida de sus palabras, “La Pulga” afirma que uno de sus sueños es trabajar como nutrióloga de un equipo profesional de nuestro país, pues es precisamente la carrera que recién terminó en la Universidad de Monterrey, institución que le abrió las puertas al salir de la preparatoria, y aunque otras Universidades también “la peleaban”, finalmente se decidió por la UDEM.
De regreso a lo futbolístico, Rocío trae a su mente las distintas etapas que fue viviendo entre su adolescencia y su juventud, “En la secundaria anduve en Liga Santander, en la Copa Gobernador como invitada, en Copa Telmex estuve en varios torneos y también estuve jugando con La Jaiba Brava en Tampico, cada fin de semana iba a jugar, estuvimos en una Liga que se llama Liga de las Huastecas que era futbol profesional y los torneos de selección lo que es la Olimpiada, las eliminatorias y todo eso, también en la Copa Coca Cola, no éramos la Secundaria más fuerte pero sí participé ahí”, recuerda.
Entre risas, platica como siendo pequeña, corría tras el balón como lo hacían sus compañeritos, sin un rol en específico, pero fue al llegar a la selección Tamaulipas cuando ya se le asignó un papel de acuerdo a sus cualidades, “Siempre en el centro de contención, y esa es la posición que más me gusta porque tanto está arriba como está abajo entonces es el que tiene más tiempo el balón por eso me gusta”.
Con toda sinceridad, agradece a los entrenadores que en distintas épocas le transmitieron sus enseñanzas y que también le ayudaron a forjar su carácter, “Recuerdo a Mario Coronado, Marco Zavala, Alejandro Perales, Juan Sifuentes, ‘Milo’ Sánchez también fue un gran entrenador y uno de los que más me marcó, así como Saúl Reséndiz que fue en selección Tamaulipas y ‘Tavo’ Leal que fue en la Jaiba Brava”.
MUJER-GOL
Acerca de sus cualidades, la joven futbolista dice contar con una gran visión dentro del campo, “Me gusta dar juego, producir juego y los tiros libres se me dan mucho”, y revive uno de tantos goles que ha anotado, “Fue uno que hice en La Salle, era un torneo de Cbtis y Prepas, cobré un tiro libre y anoté un golazo y con ese ganamos la final contra el Cbtis 236”, relata orgullosa.
Entre sus virtudes también destaca su remate de cabeza y el golpeo efectivo de zurda y de derecha, al tiempo que se describe a sí misma, “(Me considero) Atrevida y explosiva también, me gusta mucho cambiar el ritmo de juego, siempre estar atacando y obviamente cuidarnos a nosotros (en zona defensiva)”.
De trato amable pero de carácter firme, Rocío ha aprendido a manejar los momentos sicológicos cuando los equipos en los que ha militado se veían en dificultades, “Cuando vas perdiendo te puedes agüitar pero al mismo tiempo te puedes motivar a seguir atacando, entonces creo que si lo se manejar, el tiempo me ha dado esa experiencia de saber manejar ese aspecto, puedes ir perdiendo y tener la mente siempre en alto, no conformarse con un empate”.
Es así que ha disfrutado de las mieles del triunfo y también ha sacado algún aprendizaje de las derrotas, recordando un pasaje en especial que guarda como una joya preciada, “Fue en Pachuca en mi primer nacional con la selección de Tamaulipas, yo era banca y me daban cinco o diez minutos para jugar, en el primer partido me metieron los últimos diez minutos y anoté gol, en ese torneo fui banca y me metían cinco o diez minutos pero se nos dio ganar en Pachuca eso fue en el 2007, ganamos medalla de oro para Tamaulipas y yo creo que fue uno de los logros que más me ha marcado, a partir de ahí tuve un avance muy grande y empecé a ser titular, como que fue mi motivación para ver que si podía dar más de mí, creo que eso fue lo que más me marcó”.
Y así como los momentos de gloria han estado presentes, también han existido días complicados, “Hemos perdido finales, de todo me ha tocado, pero se aprende también de las derrotas y yo creo que una de las que más me ha marcado fue en una eliminatoria aquí en Ciudad Victoria con selección, desafortunadamente no pasamos a la siguiente ronda, nos eliminó Nuevo León y son de las cosas más difíciles que me ha dejado el futbol”, reconoce, y con humildad acepta que ha derramado lágrimas por el futbol, “Si he llorado bastantísimo, no tanto de tristeza, también de alegría, el futbol me ha dado muchísimo y yo creo que es por las dos cosas, pero han sido más alegrías que tristezas”.
SU FORTALEZA
Es entonces que en esos momentos se apoya en un pilar inquebrantable, “Mi familia siempre ha sido mi motor para salir adelante, siempre han estado, además ha sido muy duro que desde chica haya estado fuera de mi casa y todo por el futbol, pero cuando estoy de vacaciones en mi casa disfruto al máximo estar con mis papás porque sé que es poco el tiempo que tengo y pues ellos siempre están conmigo y a pesar de la distancia siempre cuento con el apoyo de ellos y son mi mayor motivación”.
Otro “ángel” que a donde quiera la acompaña es su abuelita Trini, quien se adelantó en el camino hace varios años, “Siempre mis partidos se los dedico a mi abuelita que falleció en el 2007, te decía que ganamos en Pachuca, pero antes de irme me dijo mi abuelita “me traes la medalla de oro” y yo “sí”, y regresé y le traje la medalla de oro y a los meses falleció entonces a partir de ahí todos mis partidos son para mi abuelita Trini, siempre me encomiendo a Dios y también se los dedico a ella”.
Además de los lazos familiares, el balompié le ha permitido a Rocío conocer a una gran cantidad de personas del medio futbolístico, algo que la llena de alegría y la motiva para pensar en cosas positivas en su futuro.
“Tengo muchas amistades que son jugadores profesionales y árbitros como Paul Delgadillo, Roberto García Orozco… como te digo, el futbol te deja muchas amistades y relaciones muy buenas para en un futuro entablar algún proyecto”, sostiene.
Por su propia experiencia, “La Pulga” hace énfasis en el beneficio de combinar el deporte con la educación, manifestando también su anhelo de dirigir algún día a equipos infantiles, “Si me gustaría bastante tener un club propio para motivar a niñas y tener relación con escuelas, para mí es muy importante la educación y me gustaría vincular el deporte con alguna oportunidad de que se vayan a estudiar a otra parte, ya he tenido la oportunidad de dirigir equipos infantiles y me ha ido bien, si me hacen caso”, dice entre risas.
TEMA PENDIENTE
En el tema de la selección nacional femenil, la joven mediocampista acepta que es un sueño por cumplir y mantiene su fe en lo alto para lograrlo, “Si ha pasado por mi mente, no he tenido la oportunidad de ir a probarme, pero espero que en estos dos años que voy a estar en Guadalajara pueda hacerlo, sinceramente en el centro de la República es donde hay mayor auge para de ahí irse a México y tengo la confianza de que se me dará la oportunidad de ir a probarme y poder sacarme esa espinita de si sí o no”, afirma.
Con toda franqueza reitera que es uno de sus “pendientes” por realizar, “La verdad siempre he querido y ojalá se me dé la oportunidad de ir a probarme a la selección y pues Dios quiera quedar ahí”.
Y aunque no ha tratado personalmente a jugadoras de la selección femenil, dice que si ha visto muchos de sus juegos, “Y sinceramente no veo así como sean mucho mejores que yo, creo que estoy en un nivel bueno y tengo la posibilidad de colarme”, agrega.
Sobre la fuerza que ha tomado el futbol femenil en esta Capital, a diferencia de hace cinco años o un poco más atrás, Rocío Navarro expresa su alegría por esa apertura y expansión de este deporte entre las mujeres.
“En mis tiempos cuando estaba en la primaria o secundaria era muy difícil tener un equipo o tener partidos con niñas, yo creo que ahorita está en auge el futbol femenil y he visto un montón de juegos de niñas pequeñas y digo ‘hay un chorro de talento’, yo les diría que aprovechen las oportunidades que se les dan y que trabajen porque las cosas no llegan fáciles, hay que trabajar para obtener resultados y sacarle provecho al futbol porque no solamente te puede dar un rato de diversión, te puede dar tanto una carrera como otra oportunidad, yo creo que hay que ver más allá de que es un simple pasatiempo”, recomienda.
Y extiende su consejo hablando especialmente de dos factores que a su juicio, son fundamentales para que las niñas y jóvenes futbolistas puedan cumplir sus metas, “La disciplina y la constancia…
a mí siempre me ha gustado la disciplina, eso que es algo que no se debe perder, que sean disciplinadas y constantes en los entrenamientos, no dejar pasar la oportunidad de entrenar, de superarse, y que se vean a ellas mismas, que no vean a otra y que digan: ‘ella es mejor que yo’, que se vean a ellas y que le echen ganas porque todo es posible, trabajando es como se consiguen las cosas porque no te van a llegar de la noche a la mañana, siempre hay que ser constantes y disciplinados, para mi han sido la base de todo, la disciplina y la constancia para estar siempre superándome”, remata.
TIGRE DE CORAZÓN
Acerca de sus aficiones, sin dudar afirma que simpatiza con el equipo de los Tigres, pues desde niña los veía en “El Volcán” debido a que su padre la llevaba aprovechando que vivía en la Sultana del Norte, de manera que le inculcó a ella y a su hermano un amor especial por el conjunto felino.
También comenta que prácticamente posee una colección de playeras de todos los equipos en los que ha militado, prendas de las que no le resulta fácil deshacerse, “Tengo bastantísimas, desde que estaba pequeña y mi mamá me dice ‘ya regálalas’ y le digo no, esas van para el recuerdo pero sí guardo todas mis camisas de mis equipos”, platica con humor.
Su inspiración y ejemplo a seguir es el “pentapichichi” Hugo Sánchez Márquez, a quien le admira sus cualidades pero sobre todo ese tesón que lo empujó a luchar y abrirse paso en un medio futbolístico bastante complicado, “Siempre mi mayor admiración ha sido Hugo Sánchez, yo creo que él ha sido uno de los que más me ha llamado la atención por toda su trayectoria y por todo lo que pasó y porque siempre salió adelante y aparte es mexicano”, dice categórica.
Sobre su peculiar apodo explica: “Me dicen ‘La Pulga’ Navarro, me pusieron así porque una vez en un juego metí como dos o tres goles de cabeza y brincaba y brincaba y desde ahí me dicen ‘La Pulga’, pero si me gusta”, acepta con sinceridad.
La charla llegaba a su fin, explicando por último Rocío que el cariño que siente por el balompié es incondicional y no lo cambiaría por otro deporte, “Jugué basquetbol de chiquita, también me ponían en atletismo, yo corría cien metros y si era buena pero no… a mí me gustó más el futbol”, concluye.