México, 28 Ago (Notimex).- Un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo reveló que los jugadores de futbol jóvenes en México presentan conmociones cerebrales que pueden ir de leves a graves, lo que pone en riesgo su estado de salud.
El análisis se realizó mediante el uso de la herramienta de evaluación de conmoción en el deporte (SCAT, por sus siglas en inglés), para calcular y documentar los síntomas de una conmoción cerebral.
El trabajo del doctor Mario Ortiz Ramírez y la presidenta del Consejo Universitario de la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte, Gabriela Murguía Cánovas, lleva por nombre “Valores basales de SCAT en jugadores de futbol mexicanos”.
Dicho estudio tuvo como objetivo conocer la prevalencia de conmociones cerebrales en la práctica de futbol soccer, derivadas de un previo traumatismo craneoencefálico (TCE).
Una conmoción cerebral puede originar una lesión leve o severa que altera o interrumpe la función del cerebro, la cual se genera de manera común por un golpe en la cabeza, una caída, accidentes o por la práctica de deportes de contacto.
Entre las secuelas que deja la conmoción en los deportistas se encuentran alteraciones de concentración, equilibrio, memoria, entre otros, además de una merma en el rendimiento deportivo.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Ortiz Ramírez indicó que para saber las puntuaciones de referencia en los deportistas mexicanos se aplicó la prueba SCAT.
Para el desarrollo del estudio, el investigador evaluó a 407 estudiantes de la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte con una edad media de 16.3 años sobre la presencia de conmoción cerebral en los últimos 12 meses.
Los atletas se dividieron en dos grupos acorde con las horas dedicadas a entrenar: el primero con una práctica semanal de 12 horas y el segundo, entre 13 y 24 horas, otra partición fue por edad; de 13 a 19 años y de 20 a 22.
Además, fueron segmentados en dos categorías de acuerdo con el total de meses de práctica: seis a 24 meses y otro mayor a este tiempo, asimismo se les preguntó si tuvieron en el año anterior algún trauma indicativo de conmoción cerebral.
Los resultados del estudio indicaron que del total de atletas, 22 (5.4 por ciento) sufrieron un traumatismo en el área de la cabeza, de estos, ocho (36.4 por ciento) afirmaron que el traumatismo fue leve, 12 (54.5 por ciento) lo catalogó como moderado y dos (9.1 por ciento) grave.
En tanto, de los 407 participantes, 161 (37 por ciento) poseían uno o más síntomas descritos por la prueba SCAT, con un promedio de 1.0 de los síntomas por atleta.
Los cinco síntomas más usuales fueron fatiga o falta de energía en 75 deportistas, somnolencia en 56, dificultad para concentrarse en 53, dificultad para recordar en 45 y dolor de cuello en 41.
Además, del total 32 (7.9 por ciento) presentaron errores de orientación, 227 (55.8 por ciento) de memoria inmediata, 377 (92.6 por ciento) de concentración, 366 (89.9 por ciento) fallaron en pruebas de equilibro y 309 (75.9 por ciento) en memoria retardada.
El promedio general de la prueba SCAT fue de 86.6, en tanto los participantes con un historial de conmoción cerebral tuvieron una puntuación menor (p < 0.05) en los datos totales de SCAT, que aquellos que na presentaron, comentó Ortiz Ramírez.
El estudio muestra que al inicio del SCAT los atletas con buena salud tienen resultados variables o negativos, por lo que se sugiere aplicarles la prueba a fin de contar con evaluaciones de referencia que sirvan para interpretar los resultados en pruebas posteriores a la lesión.
Otro de los resultados arrojó que el grupo de 13 a 19 años tuvo mejores resultados en la prueba de orientación y de recuerdo diferido, que los de 20 a 22 años, lo que demuestra que las frecuencias de conmoción cerebral aumentan a lo largo del tiempo de practicar un deporte.
Por tal motivo, Ortiz Ramírez realizó un llamado a realizar más investigaciones sobre el tema para poder explicar los factores que provocan la sintomatología y los signos de la conmoción cerebral.