Alfredo Guevara.-
A los panistas que lo llevaron al triunfo, el gobernador electo Francisco Javier García Cabeza de Vaca les pidió ser humildes “y aprovechemos la oportunidad que nos ha dado Dios para cambiar las cosas en el estado; oportunidad única, que no podemos fallarle a nuestra gente”.
“Así como jamás he titubeado con mis convicciones, ideales y principios, así como he enfrentado amenazas, con firmeza al crimen organizado y jamás he sentido miedo, ahora por primera vez tengo miedo de fallarle a los tamaulipecos”, expresó ante consejeros estatales del PAN.
Al asistir a la sesión del Consejo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN), se sinceró con los panistas ahí congregados, a quienes les dijo: “Ese es mi verdadero temor, mismo que deberían sentir todos, por eso no le podemos fallar a las familias de Tamaulipas que han depositado su confianza en nosotros”.
Señaló que hay quienes piensan que se sacó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), de la corrupción, impunidad y malos manejos que endeudaron a generaciones completas, “pero las cosas no son así, este nuevo gobierno llegó para hacer las cosas bien, diferentes, para acabar con tanta soberbia, impunidad y con el sistema donde el Gobernador era el virrey”.
Por eso dejó en claro que, “se acabaron los tiempos donde el gobernante estaba arriba y nadie tenía acceso a él, del besamanos, en donde se formaban líneas completas para saludarlo, los tiempos en donde los gobernantes se sentían todo poderosos”.
Cabeza de Vaca consideró que lo más difícil apenas empieza, después de lograr lo que para muchos era imposible, derrocar a un régimen de 86 años en el poder, en donde Tamaulipas ocupaba los peores lugares, primeros en inseguridad y los peores en educación.
Estableció que a lo largo de su carrera ha tratado de ser una persona cercana a la gente, siendo sensible, característica que será a lo largo de su gobierno.
Citó que su sexenio no estará motivado en el odio y el rencor, pero tampoco permitirá la impunidad, después de lograr generar una confianza, basada en la esperanza de ver un cambio que finalmente se verá a partir del uno de octubre.
