México, 29 Ago (Notimex).- El meteorito Allende cayó el 8 de febrero de 1969 en Chihuahua, México, y se convirtió en pieza fundamental para los investigadores sobre la información que se tiene en torno a la creación del sistema solar.
Tras el impacto en el poblado del mismo nombre, el cuerpo proyectó más de cinco toneladas de material de estudio que remite a los orígenes del sistema planetario, informó en un comunicado El Colegio Nacional.
“El meteorito Allende es la base de una buena parte de la información que tenemos sobre cómo se formó nuestro sistema solar”, explicó el geofísico y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Jaime Urrutia Fucugauchi.
“Es un meteorito muy curioso, porque tiene composición de condrita, roca de sílice, pero posee una gran cantidad de elementos de carbono”, agregó el también miembro del Colegio Nacional.
A partir de diversos estudios e investigaciones hechos al bólido, los especialistas lograron saber que existen más de 50 planetas que colisionaron y desaparecieron del sistema solar.
“Es muy difícil estudiar y concluir algo, si sólo hay un objeto de estudio, ahora tenemos más de mil exoplanetas confirmados y más de 400 sistemas planetarios descubiertos, que incluyen etapas diferentes de formación”, comentó.
Urrutia Fucugauchi refirió que el primer reto como investigadores es entender nuestro sistema planetario, para después concebir cómo son los procesos de formación de un sistema.
“Las últimas observaciones permitieron ver diferentes atmósferas, en unos cuantos años esperamos poder pasar de las representaciones artísticas a tener algo mucho más documental, donde se pueda observar una cantidad enorme de cosas, e incluso, la velocidad de rotación y traslación de los sistemas”, dijo.
El geofísico mencionó que la Tierra también sufrió un choque con un cuerpo del tamaño de Marte, que estuvo a punto de destruir al planeta, sin embargo, la Luna fue el resultado de éste.
Dichos encuentros ocurren a velocidades de 20, 30 y hasta 70 kilómetros por segundo, equivalente a más de 100 mil kilómetros por hora, que pueden separar o juntar materiales, lo cual dependerá de la velocidad y tamaño de los cuerpos.
Para el estudio de las colisiones, los científicos desarrollaron modelos físicos que reproducen el choque y lo comparan con la información obtenida del análisis de las condritas, meteoritos no metálicos que cayeron en la Tierra.