Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Durante los primeros seis meses del 2016, en Tamaulipas fueron robados dos mil 803 vehículos, mil 452 menos que los cuatro mil 255 vehículos hurtados en el mismo periodo del 2015, lo que significa una disminución de casi el 30 por ciento.
De acuerdo con estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el promedio mensual de unidades robadas, de enero a julio del presente año fue de 430, contra los aproximadamente 600 que eran robadas mensualmente en 2015.
La dependencia encargada de la persecución de los delitos no especificó las causas del decremento en el robo de vehículos.
Sin embargo, agentes de la Policía Ministerial consultados al respecto, estiman que la realización de operativos especiales y la mayor presencia de fuerzas federales en las calles son factores incidentes.
Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros y Victoria, ocupan los primeros cuatro lugares en incidencia.
Por ejemplo, tan solo en julio pasado, las agencias del Ministerio Público recibieron 99 denuncias en Nuevo Laredo; 55 en Matamoros y en Victoria 38.
De las diferentes modalidades de robo, el de vehículos acapara el primer lugar. Le sigue el robo domiciliario con 1664 en los seis primeros meses del año.
Las fiscalías también recibieron mil 141 denuncias de robo simple y 734 de robo a transeúnte, mientras que en ese mismo periodo un total de 774 recibieron la “visita” de los ladrones.
A diferencia de lo que sucedía hasta hace al menos tres años, los robacoches cambiaron su preferencia: ahora buscan vehículos pequeños y no tan ostentosos, en vez de las camionetas de alto cilindraje y lujosas por las que mostraron mayor interés.
Entrevistados sobre el particular, policías ministeriales coinciden en que ese cambio de gusto obedece a que muchas de las camionetas que eran robadas las usaba el crimen organizado, quien ahora ha cambiado de estrategia y se moviliza en unidades que no llamen la atención de las fuerzas federales.
Aunque la PGJE no proporciona cifras de robos aclarados o vehículos recuperados, los investigadores consultados admitieron que la mayor parte de los casos nunca se esclarecen pues ese ilícito es el más difícil de resolver porque casi siempre hay ausencia de testigos.