Pablo Hernández Contreras
CIUDAD MANTE, Tam.- Ni los llamados, ni los accidentes, ni las multas han permitido que en la ciudad se reduzcan los percances viales que a diario suman entre tres y cinco y por el contrario aumentan la estadística que cada vez se hace más mortal.
Es común ver en las calles de El Mante a motociclistas sin casco, con más de tres tripulantes, en contra ruta y pasándose los altos, sobre las banquetas y sorteando los coches en el tráfico tanto de la zona centro como de los bulevares circundantes del primer cuadro.
En las avenidas menos congestionadas y bulevares de la periferia, la velocidad es la adrenalina que los inyecta y envía a tentar a la suerte, ya que los accidentes más recientes así lo demuestran los cuerpos inertes que quedan como consecuencia, son el principal ejemplo de que algo muy malo pasa y el asunto es delicado.
En las calles, las familias completas en las motocicletas, con niños o personas adultos mayores, con mayor peso del que puede soportar una unidad tan frágil como es una motoneta, que no está acondicionada para llevar más de dos pasajeros.
A pesar del llamado de las autoridades para respetar los límites de velocidad, portar el casco y conducir con precaución, no ocurre así y los elementos de Tránsito no han podido meter en cintura a tanto motociclista infractor.
El riesgo que corren las familias es manifiesto y muy lejos están de poder entender que se provocan accidentes, choques desiguales con coches y que la posibilidad latente de sufrirlo se hace mayúscula.