NUEVA YORK, E. U., septiembre 6 (Notimex)
A 15 años de ocurridos los ataques terroristas del once de septiembre de 2001 en Estados Unidos, autoridades terminaron de distribuir las últimas reliquias de las torres del World Trade Center derrumbadas en Nueva York.
La distribución, que concluyó de manera oficial a finales de julio pasado, pareció así cerrar un círculo en el duelo tanto de los deudos de las más de tres mil víctimas fatales de los ataques como del país entero.
Las más de dos mil 600 piezas fueron entregadas a museos y grupos civiles de 50 estados de Estados Unidos, así como a entidades de diez países, de acuerdo con la Autoridad del Puerto, entidad encargada de administrar el sitio donde se ubicaron las torres.
El final de la entrega apunta también al inicio de una nueva etapa, en que el público podrá percibir ese momento de 2001 como el inicio de la llamada guerra contra el terrorismo, que ahora parece más vigente que nunca.
Voceros de la Autoridad del Puerto afirmaron que las piezas distribuidas incluyeron desde fragmentos del edificio de casi dos toneladas hasta reliquias de pocos gramos de peso.
En un comunicado, las autoridades manifestaron que el programa de distribución tuvo el objetivo de destacar “la memoria, el heroísmo y el sacrificio” de las personas que murieron durante los ataques de 2001.
El programa de distribución, que comenzó en 2010, fue lanzado luego que terminó el esfuerzo de recuperación de las reliquias de las torres, que fueron almacenadas desde 2002 en un bodega del aeropuerto internacional John F. Kennedy.
Michael Fedorko, vocero de la Autoridad del Puerto, aseguró que cada uno de los artefactos recuperados fue “tratado con dignidad y respeto”, y que las autoridades están complacidas por la alta demanda de estos objetos de parte de tantas entidades.
Las autoridades precisaron que además de museos, las reliquias fueron entregadas a gobiernos locales, escuelas, organismos sin fines de lucro y grupos comunitarios como departamentos de policías y bomberos. La condición es que los artefactos fueran desplegados públicamente.
Más de mil 890 piezas fueron distribuidas, en tanto que el resto fue empleado para erigir memoriales en tributos a las víctimas o expuestos en el Museo del 11-S, en Nueva York.