Fabiola Escobedo.-
Y esta semana les voy a contar de una experiencia donde mis sentidos estuvieron envueltos de sazón, análisis y mucha entrega. Sinceramente ya me habían dicho que viniera a probar el “salmón al piquín” del Casino Victorense, y la verdad me inicié en la aventura.
Quise atestiguar por qué varios me han asegurado que está tan rico este platillo, y la verdad sí que está sabroso, pero no crean que yo me quedé nada más en la mesa del salón comedor, no me iba a perder la oportunidad de hacer preguntas para que ustedes me acompañen a saber las respuestas.
Bueno, yo pregunté de todo, solo que antes de hablar de la comida, pasmada dije: –Oye Fabiola, ¿ya viste el recuadro de arriba cerca de la barra de bebidas?, a ¡caray!– que me llevo una sorpresa, el restaurante cuenta con certificado de Distintivo H. Ciertamente eso es un privilegio y además una obligación.
Este certificado te avala como un manipulador de alimentos altamente consciente del uso adecuado de las propiedades organolépticas de los alimentos, o sea, que el cocinero cuide el producto que yo me voy a comer como si fuera algo que él mismo se va a comer, una cosa de suma entrega, porque te capacita en cuestión de conocimientos de temperaturas adecuadas de almacenaje, de cocción, entre tanto más.
Para el montaje vi cómo el chef tenía ya todo listo, realmente se inspiró, haciendo una cama con la guarnición que esperaba supiera deliciosa, estoy segura que todo lo cocinado con tocino es de ley que será una exquisitez. Ya puesta, puso el salmón, acomodó de ornamento a los camarones consiguiendo la altura adecuada. Salsa de anguila como un toque visual, al final una salsa cremosa al piquín, que me dijo el chef era la “salsa secreta de la casa”. Vaya, es un secreto… ¡shhh!
Yo alegré capturé todo momento, porque es impresionante como una actividad tan básica puede llenarte de éste sentir, logré entender que la gastronomía te aporta lo que dice el dicho popular: “Barriga llena corazón contento”, de verdad que quien haya inventado tal dicho, sí que comía muy rico.
Esta es mi experiencia sobre el restaurante del Casino Victorense y su platillo personaje estrella, que se atreve a salir bello, perfecto, atractivo, listo para seducirte. Queda claro que un establecimiento de alimentos y bebidas es más que solo cocinar, son el servicio al comensal, la administración, el ambiente, entre más. Sobre todo, son los años de trayectoria y el Casino Victorense tiene más de 85 años, y hoy lo avalo, sé porque tienen tanto tiempo, siempre logrando tener conceptos distintos, comida “gourmet mexicana” iniciando con comida regional sin mantenerse distante de esas preparaciones, maquinaria de calidad, capacitación a su personal.
Les recuerdo que ustedes son el propósito de mi visita a los mejores restaurantes de Victoria, anhelo que experimenten la gastronomía de la Ciudad de una manera distinta, que sepan que existen espacios que se ocupan de ustedes, que son el motor de su pasión.