VATICANO (AP) — El papa emérito Benedicto XVI reconoció que gobernar la Iglesia católica no fue su fuerte, pero no ve su etapa al frente de la institución como un fracaso y dijo que al menos tuvo éxito al desbaratar el llamado «grupo de cabildeo gay» del Vaticano.
En un libro sin precedentes, en el que un papa retirado reflexiona sobre su pontificado, Benedicto dijo también que se sorprendió, y al principio dudó, de la elección del papa Francisco. Pero inmediatamente comprendió la importancia de elegir a un pontífice latinoamericano y se mostró muy contento con el papado del argentino.
Pasajes del libro, «Benedetto XVI, ultime conversazioni» (Benedicto XVI, últimas conversaciones) aparecieron el jueves en el diario italiano Corriere della Sera así como el semanario Die Zeit y el diario Bild en Alemania.
Se trata de una larga entrevista con el periodista alemán Peter Seewald, quien ha entrevistado varias veces a Benedicto desde que era el cardenal Joseph Ratzinger.
Hace varias semanas apareció una extensa biografía de Benedicto con un prólogo de Francisco, lo que habla de una suerte de despedida literaria del teólogo alemán, que cumplirá 90 años en abril próximo.
En los pasajes, Benedicto reconoce los «momentos difíciles» de su pontificado: el resurgimiento del escándalo por abusos sexuales en 2010, su exoneración de un obispo negador del Holocausto y la filtración de sus papeles privados por su propio mayordomo.
«La gobernanza práctica no es un punto fuerte, y por cierto es una debilidad», dijo Benedict a Seewald. «Pero no me considero un fracasado. Durante ocho años cumplí con mi servicio» y mucha gente encontró un camino nuevo a su fe.
Benedicto destacó como uno de sus éxitos la disolución del llamado «grupo de cabildeo gay» en el Vaticano.
La existencia de este grupo de prelados homosexuales —que supuestamente promovían y defendían sus intereses mediante la extorsión— ha sido elevada a la categoría de mito en la prensa italiana, sobre todo desde que Benedicto creó una comisión de tres cardenales para investigar la filtración de sus papeles en 2012.
Seewald preguntó si semejante camarilla existió en realidad.
«En efecto, me señalaron la existencia de un grupo, entretanto lo hemos disuelto», dijo Benedicto. «Esto fue mencionado en el informe de la comisión (de tres cardenales), que pudieron identificar un grupo pequeño de cuatro o cinco personas, que disolvimos. No sé si algo así volverá a formarse. En todo caso, no es como si hubiera cosas así por todas partes».