Sydney, 13 Sep (Notimex).- El tigre de Tasmania o tilacino fue declarado extinto hace 80 años por las autoridades australianas, pero siguen versiones de avistamientos de quienes creen que el animal rayado y peludo ha sobrevivido en silencio.
Durante décadas se han ofrecido como prueba relatos nebulosos de testigos y evidencias físicas sin demostrar, de que algunos ejemplares todavía están por ahí.
Un grupo de entusiastas difundió en los últimos días un video de baja definición, publicado en internet por el llamado Grupo de Conciencia sobre el Tilacino, donde muestran a un animal de larga cola desplazándose en un patio.
El investigador aficionado Neil Waters afirma que muestra un pequeño tilacino, vivo y en buena condición en Adelaide Hills, en el sur de Australia, destaca la británica BBC.
Waters asegura que tiene una teoría para justificar que el marsupial carnívoro puede haber sobrevivido sin ser descubierto en Australia continental, ya que es un depredador migratorio que puede excavar madrigueras.
En tanto, los expertos han desestimado las imágenes, argumentando que el video borroso no demuestra la existencia del tilacino.
Afirman que también debería haberse encontrado evidencia de presas muertas.
Karl Kruszelnicki, comentarista de ciencia de la Universidad de Sídney, dice que lo más sorprendente de las imágenes era su pésima calidad y fuera de foco, en un momento en que se cuenta con cámaras de enfoque automático.
La realidad es que suena más bien a una de esas comunes pruebas que también buscan demostrar la existencia de Pie Grande o de un ovni.
Su explicación para la perpetuación de la creencia de que el animal está vivo -sin que haya pruebas- es simple, ya que «algunas personas creen que el mundo que las rodea no las entiende, por lo que tienen que inventar cosas».
El último tigre de Tasmania conocido murió en el Zoológico de Hobart en 1936. La especie fue perseguida hasta la extinción por los agricultores que los culpaban por la muerte de sus ovejas.
En 2005, la revista The Bulletin ofreció una recompensa de un millón de dólares por la captura de un tigre de Tasmania vivo, que hasta la fecha sigue sin conseguirse.