Alfredo Guevara.-
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tamaulipas ya no está en condiciones de aceptar candidatos únicos, de tal forma que una decisión equivocada por parte del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) para imponer a alguien en lo particular daría lugar a que militantes se vayan al Partido Acción Nacional (PAN) o al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), considerado como el más posicionado para la presidencia del país.
Por ello, el nuevo dirigente del partido debe surgir de una decisión consensuada de entre dos o más prospectos que aspiren a la presidencia del Comité Directivo Estatal (CDE), en base a un proyecto de trabajo, con visión a futuro y que tenga el respaldo de los grupos de priistas en una sesión de Consejo Político, estableció Juan Alonso Camarillo, ex secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP).
Al dar a conocer que a partir del uno de octubre realizará una visita a sus amigos y dirigentes del Partido en los principales municipios para dar a conocer su decisión de buscar la presidencia del CDE del PRI, expuso que “o cambiamos o morimos, porque lo peor que le pudo haber pasado al partido ya le sucedió”.
Y agregó: “En alusión a lo expresado por el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, de que el próximo presidente del partido en Tamaulipas debe ser autocrítico, propositivo y con capacidad para comunicarse con las masas y encabezar las causas sociales, hemos tomado la decisión de buscar la Presidencia del Revolucionario Institucional y para ello empezaremos un recorrido por los municipios más poblados de la entidad a partir del uno de octubre”.
Admitió que hay priistas que andan buscando incorporarse a la administración estatal panista, que entra en funciones a partir de octubre, después de militar en el PRI.
En lo personal, consideró que no es el momento de “abandonar el barco” o el partido, ya que si bien es cierto hubo gente que no ayudó en la pasada elección, también lo es que siempre hubo más identificada, con la que sólo uso las siglas del Revolucionario Institucional para la impunidad y la corrupción.
Alonso Camarillo aseguró que, entre esta gente, hay familias enteras que se encuentran encumbradas en diferentes cargos y dependencias de la administración pública a lo largo de los 80 años que el partido tiene en el poder.