BEIRUT, Líbano, septiembre 24 (AP)
Fuerzas del gobierno sirio capturaron el sábado una zona controlada por los rebeldes en las afueras de Alepo, reforzando el sitio que mantienen contra los barrios najo control de la oposición en la ciudad norteña mientras varios ataques aéreos destruyeron más inmuebles. El nuevo avance del gobierno ocurrió en momentos en que un funcionario de Naciones Unidas denunció que casi dos millones de personas no tienen suministro de agua en Alepo, ante el deterioro de las condiciones de seguridad en la zona en los últimos días.
Las fuerzas del gobierno capturaron el campamento de refugiados palestinos de Handarat, bajo control de los rebeldes, mientras los ataques aéreos dañaban los barrios orientales de Alepo controlados por los rebeldes, matando a por lo menos 25 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña. Los Comités de Coordinación Local, otro grupo de vigilancia, dijo que 49 personas murieron el sábado solamente.
El Observatorio dijo esperar que el número de muertos en Alepo aumente, en vista de que muchos heridos están en estado crítico y los rescatistas todavía están recuperando cadáveres de entre los escombros.
Los residentes dijeron que el bombardeo más reciente es el peor que han visto desde que los rebeldes capturaron partes de la ciudad en 2012.
Un funcionario militar sirio no identificado, citado por la prensa estatal el viernes, dijo que continuarían los ataques y bombardeos aéreos contra Alepo durante un período prolongado y que “incluirán una ofensiva terrestre” en las zonas controladas por los rebeldes.
La caída de Handarat bajo las tropas sirias, aliadas con combatientes palestinos a favor del gobierno, ha ahuyentado a los insurgentes de la avenida Castello, una arteria principal que conduce a partes de la ciudad controladas por los rebeldes y que ahora está controlada por el gobierno.
“Romper el cerco a través de Castello ha llegado a ser muy difícil”, dijo a The Associated Press Yassin Abu Raed, un activista de la oposición con base en la provincia de Alepo.
Los intensos ataques registrados pasada la medianoche del jueves dañaron la estación de Bab al-Nairab, que abastece de agua a unas 250 mil personas en vecindarios del este de la disputada ciudad, controlados por rebeldes, explicó Hanaa Singer, representante de Unicef en Siria.
En represalia, la estación de bombeo Suleiman al-Halabi, ubicada también en la zona rebelde, frenó su actividad privando de agua a 1.5 millones de personas en los barrios occidentales, en manos del gobierno, agregó Singer.