abril 19, 2024
Publicidad
septiembre 25, 2016 | 68 vistas

Mar adentro

Hazel Valdez Blackmore.-

 

La palabra “Eutanasia” viene del griego “EU” bien y “Thanatos” muerte, y en términos generales describe una muerte sin dolor, “bien morir” o “buena muerte”, causada para no prolongar la vida de un enfermo incurable y evitar que sufra.

Se le conoce también como muerte “por compasión”, “muerte digna” o “muerte dulce”, es decir, el ayudar a alguien a morir por compasión ante su sufrimiento.

Para muchas religiones, en especial la católica, el hombre no tiene ningún derecho de atentar contra su vida porque no es dueño de ella. Dios es quien da la vida y solo Él tiene derecho a quitarla.

Pero el hombre, desde tiempos lejanos ha pedido que se legalice el derecho a dejar de vivir cuando la existencia se hace insoportable a causa de enfermedades terminales, discapacitantes, crónicas, degenerativas y con nulas o pocas posibilidades de curarse. En varios países se ha tratado de legalizarla, pues aseguran que la vida solo debe vivirse plenamente, sin impedimentos, especialmente de salud.

La “eutanasia” se practica en países como Bélgica y Holanda, donde se encuentra regulada y es tolerada por la sociedad. En menor grado se lleva a cabo en Gran Bretaña y Estados Unidos, donde se hizo famoso el Doctor Muerte, quien ayudó a morir a más de 40 pacientes, enfermos terminales de cáncer, sida y otros padecimientos, a solicitud de ellos mismos.

La “eutanasia” ha sido tratada ya en varias películas y en la vida real se han dado casos de esta actividad en varios países donde enfermeras y doctores que dan “muerte asistida” han sido descubiertos.

“Mar adentro”, que vi de nuevo hace poco, es una película realizada en España por el director chileno Alejandro Amenabar, basada en la vida del español Ramón Sanpedro.

Ramón sufrió un accidente en el mar quedando cuadrapléjico y al cuidado de su hermano y su cuñada. Por casi 30 años luchó para que se le permitiera terminar con su vida y con su sufrimiento. El único contacto con el exterior era la ventana por donde veía el mar que le recordaba constantemente su desgracia. Pero él se sobrepone y busca fuerza para luchar por su deseo de morir mediante la eutanasia.

La película basada en el libro del propio Ramón, “Cartas desde el infierno”, publicada en 1996, es una visión de la muerte y del sentido de liberación que el protagonista le da, de cómo luchó para que se le reconociera legalmente el derecho a morir en forma digna.

Dos mujeres aparecen en su vida cuando ya está discapacitado. Julia, abogada que apoya su lucha por la eutanasia, y Rosa, la vecina, que trata de convencerlo de que vale la pena vivir la vida, pero el carácter de Ramón se impone siempre y no desiste de su idea.

El protagonista es Javier Bardem, que logra una actuación magistral y la película. En su tiempo ganó un Óscar como mejor film extranjero.

“Mar adentro” logró que se reabriera en España el tema tan discutido de la eutanasia que puede transformarse o considerarse como un asesinato, visto desde el punto de que quien se deja morir comete suicidio y quien ayuda a morir a otro se convierte en homicida.

La vida y la muerte no son sino dos polos de un solo fenómeno: la existencia. La vida implica la certeza de la muerte y la muerte la de la vida.

Quizá en un futuro no muy lejano la eutanasia se volverá una práctica común como ya sucede en diversos países, pero mientras esto suceda, consideremos que la vida es un don del que no se puede disponer y aceptemos la muerte el día que llegue de forma natural, pero jamás procurándola.

Comentarios