diciembre 13, 2024
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Es el hombre dueño y responsable de su estado emocional, afirma experto

septiembre 25, 2016 | 120 vistas

México, 25 Sep (Notimex).- Los instintos sexuales, el placer, las emociones afectivas, la personalidad y la conducta, tienen su origen en la parte más primitiva en términos de evolución del cerebro humano, denominado Sistema Límbico, afirmó el doctor Luis Delgado Reyes.

Las 15 mil neuronas del sistema nervioso central “son el patrimonio intelectual del hombre y representan el principal mecanismo de información en el cuerpo para satisfacer las necesidades más elementales del organismo”.

Por ello, agregó, debe decirse que “el hombre es dueño y responsable de su estado emocional”, recalcó en el auditorio “Doctor Manuel Velasco Suárez”, del Hospital Juárez de México, donde presentó la conferencia “El Cerebro y el Deseo”.

Ante la comunidad médica, jefes de división, de servicio y residentes, expuso que en el Sistema Límbico se encuentran las reacciones a los instintos para la preservación de la especie, alimenticios y defensivos, que son actos innatos e intencionales.

Habló también de los sistemas de recompensa del cerebro, que permiten al individuo desarrollar conductas aprendidas, que responden a hechos placenteros o de desagrado.

De acuerdo con el especialista, el placer no es felicidad, sino garantía de supervivencia como especie. Por ello, las personas son capaces de repetir situaciones que asocian con un intenso placer.

“Si nuestro cerebro las codificó como garantía de supervivencia, las seguiremos repitiendo. Asimismo, se irán formando una suerte de bancos de memoria de placer que se relacionarán con conductas de acercamiento a aquello que favorece nuestra supervivencia y placer”.

Sobre el sistema de recompensa, advirtió también sobre los riesgos de caer en problemas de adicción al alcohol, drogas o tabaquismo, que como en el caso de la mariguana, provocan deterioro de la memoria a corto plazo y afectan la coordinación motora.

El consumo de estas sustancias, añadió, provocan el juicio alterado, interfiere con las habilidades de conducción, aumenta el riesgo de lesiones y de comportamientos que facilitan el contagio de enfermedades de transmisión sexual, además de paranoia y psicosis.

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