NUEVA YORK, EU., septiembre 25 (AP)
Donald Trump se reunió el domingo por separado con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, y Hillary Clinton lo haría más tarde, una oportunidad para cada candidato de jactarse nuevamente respecto a su conocimiento sobre la política exterior y presteza para dirigir a la nación en la víspera de su primer debate por la presidencia.
Trump y Netanyahu debatieron “en profundidad” el uso por parte de Israel de un muro para ayudar a asegurar sus fronteras, un ejemplo que el multimillonario cita frecuentemente cuando habla sobre el muro que quiere construir entre Estados Unidos y México.
“Trump reconoció que Israel y sus ciudadanos han sufrido durante demasiado tiempo en la línea de fuego del terrorismo islámico”, afirmó la oficina de campaña del candidato republicano en un comunicado. “Estuvo de acuerdo con el primer ministro Netanyahu en que el pueblo israelí quiere una paz justa y duradera con sus vecinos, pero la paz sólo llegará cuando los palestinos renuncien al odio y la violencia, y acepten a Israel como un Estado judío”.
Se esperaba que Clinton se reuniera más tarde durante el día con el primer ministro, también en Nueva York.
La reunión fue diseñada para proporcionar a Israel una buena posición con el siguiente dirigente de Estados Unidos, pero también sirvió para exhibir la experiencia de los candidatos en materia de política exterior antes del primer debate entre ellos por la presidencia, el lunes, cuando faltan seis semanas para las elecciones.
Clinton, una ex senadora y ex secretaria de Estado, dice a menudo que Trump no sabe suficiente sobre el mundo y carece del temperamento para ser presidente. El magnate ha argumentado que tiene bastante experiencia en política exterior a través de su carrera como ejecutivo empresarial, y culpa a Clinton de muchos de los tropiezos de la nación en ese rubro.
Mientras tanto, los candidatos desplegaron a sus principales partidarios en los programas televisivos del domingo con el fin de que lancen los primeros comentarios sarcásticos a sus adversarios y disminuyan las expectativas para un debate que se espera atraerá 75 millones de televidentes, muchos de ellos desencantados con ambos candidatos, los aspirantes a la presidencia menos populares en la historia del país.
La referencia a hechos y quién los puntualizará durante el debate de 90 minutos parecen ser una de las principales preocupaciones de los estrategas de campaña, dado el hábito de Trump de decir cosas que no son verdad y a la desconfianza general del público hacia Clinton.