Arnulfo Mata Huerta.-
Rafael González Báez hace un recuento de lo que fue su vida deportiva en la disciplina de la “pelota caliente” cuando de joven no paraba en la práctica de este deporte portando el uniforme de equipos como Atléticos, Club Alameda, Secretaría de Recursos Hidráulicos, Sindicato de Choferes, Policía Federal de Caminos, Banrural, “Desamparados” etc. etc., ya como jugador y manager.
Este reportero que compartió parte de su trayectoria en el beisbol de aquellos lejanos años, lo visitó ayer en su domicilio ubicado entre el 18 y 19 Allende, donde la señora doña Eva Mascorro, nos abrió sus puertas, no sin antes “espantar” la jauría de perros que custodia la vivienda.
Caminamos entre la cuartería hasta llegar al acogedor lugar donde “El Viejo” Rafa como se le conocía también por aquellos años, pasa la vida disfrutando de la quietud de su dulce hogar, viendo la televisión, pero añorando tiempos idos cuando de joven era un buen corredor de bases y recio bateador derecho.
Ya en plena charla haciendo a un lado la grabadora empezó la sabrosa plática, manifestando que a los 17 años inició su carrera en el beisbol invitado por aquellos años por el excelente patrullero central del equipo Atléticos Eustolio W. Delgado, pues laboraban en la Gasolinera de don Alejandro Aznar, ubicada en el Ocho Allende.
“Eustolio me dijo que si quería jugar beisbol y yo le dije que sí, pues a mi me gustaba mucho, practicábamos en el Parque Victoria construido de madera, estaba el parque antes de construirse el Praxedis Balboa”.
Nicho, el hermano de Eustolio era el coach de primera y cuando llegaba a primera, me decía, abre, abre, pero no le hacía caso y me robaba la segunda, Nicho decía “con este caon no puedo”.
De las anécdotas, Rafael recuerda aquella cuando muy jóvenes nos aventuramos a viajar a Matamoros pero de “raid, en raíd”, deseábamos ir a ver jugar a la Selección Victoria que estaba en un Torneo Estatal.
De Padilla en adelante, ya de noche y a pie caminábamos por el centro de la carretera y a oscuras, Rafael al centro y de pronto escuchamos atrás unas fuertes pisadas y Rafael nos dijo al “Nene” Manuel Luna y a un servidor, tienen miedo, sí, contestamos y nos echamos unas piedras a las bolsas por si se necesitaban y a correr señores, más adelante nos dimos cuenta que era un tremendo caballo que trotaba por la carretera. Pero qué susto llevamos esa ocasión.
Agrega “El Viejo Rafa”, ¿Te acuerdas cuando fuimos a jugar al Azúcar, (un ejido que se encuentra antes de llegar a Xicoténcatl), recuerdas que nos fuimos en un camión de volteo y “La Pilinga” Salazar que iba también con el equipo cuando pasábamos a la gente les hacía ademanes, muy pícaros, por cierto”.
Entre plática y platica, comentaba sobre que en una ocasión “como a la una de la madrugada llegó a mi casa Héctor Guevara retándome a golpes y en verdad no sabía porqué, pero le dije, nos damos, vámonos al campo que estaba en el 17 y 18 entre Abasolo y Carrera Torres ahí nos liamos a golpes, Héctor andaba un poco tomado”. ¿Pero el reto era solo para ti, o para la raza?, preguntamos,”No era solo para mi”, afirmó Rafael González Báez, un poco riéndose.
Comenta, “Jugué un estatal en Ciudad Mante y en Tampico lo hice cuando Chago Pérez iba como catcher, también, acuérdate, me dijo, jugamos en Linares contra “El Brujo”, Lucio Guerrero Marín, a como corría “El Brujo”, dice recordando a este ejemplar jardinero central de Matamoros que fue a reforzar a los veteranos de Linares en ese juego contra el equipo de Victoria, que incluía a jugadores como Pablo Ríos, Alberto “Cochi” Walle, Oscar “Loco” Cuesta, etc., etc.
“Lo que no recuerdo, dice Rafael, es cómo llegamos de San Fernando a Jiménez”, ya de regreso a Victoria porque allá Carlos Moya que era nuestro amigo del barrio del 18 Bravo, como que no tomó muy en cuenta nuestro esfuerzo por ir a Matamoros a respaldar al equipo de Victoria, pero como quiera vimos los juegos de nuestro equipo.
Rafa va para los 85 años y el hombre se ve en buen estado de salud, camina lento, pero muy seguro de sí mismo, estuvo en el Parque de los Astros de Houston con su esposa doña Eva Mascorro, “Titina” su hija y su esposo Carlos Torres
Más de 50 años como despachador en la Gasolinera del Ocho Allende, laboró también en el taller del señor Braña, jugó al beisbol infantil en el campito del 17 y18 entre Abasolo y Carrera Torres alternando su juego con Francisco de la Fuente, Luis Torre López, formó con doña Eva Mascorro una familia muy numerosa, Marco Antonio y Rafael Jaime como los varones, en damas Martha Isabel, Rosa Fabiola, Albertina “Titina”, Gloria, excelente jugadora de softbol y corredora de pista, Eva del Carmen, Lidia Susana y Alejandra.
Recostado en su confortable cama, Rafael ve pasar los días, pero se alista para disfrutar de la Serie Mundial de Grandes Ligas que ya está aquí a la vuelta de la esquina, recordó a sus amigos beisbolistas como Ubaldo Hinojosa, Israel “Riel” Reyes, Nicolás Hernández, Patricio Urbina, Secundino “Indio” Salas, etc. etc.
Fue quien hizo pitcher de softbol al “Látigo” Santiago Guerrero porque en una ocasión jugamos en un llano que se encontraba por aquellos lejanos años a un costado del Hotel Panorámico, ahí empezó “El Látigo” Guerrero a formarse como lanzador.
Rafael también jugó al beisbol en el antiguo campo de aviación localizado donde actualmente esta el Instituto Mexicano del Seguro Social, no si Rafael tiene su historia que vale la pena pasarla al costo y pudiera ser en un momento dado sea de los invitados especiales que tengan los directivos de la Liga Regional que en fecha próxima van a inaugurar su temporada ya puesta en marcha con anterioridad. Agradecemos a Rafael el obsequio de que fuimos objeto, varias cachuchas de equipo de Grandes Ligas…