Shalma Castillo.-
La historia política en Tamaulipas se adereza ahora, de manera oficial, con los vientos de cambio.
El convoy de cuatro camionetas detuvo su paso frente a las escalinatas del acceso a Palacio de Gobierno por la calle Juárez.
Acompañado de su brazo derecho en el organigrama estatal y quien se hará cargo de los temas en la política doméstica, César Verástegui Ostos, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, arribó a Palacio de Gobierno.
El primer gobernador proveniente de un partido diferente al PRI, que despachará en Palacio de Gobierno en Tamaulipas.
De entrada, se mostró accesible, directo, de buen trato y mejor ánimo, atendió a la prensa. Una treintena de informadores que desde temprano, habían esperado el arribo del Jefe del Ejecutivo Estatal.
Antes de su primera declaración, habló de manera informal con los periodistas, es decir, fuera de grabadora, diciéndoles que siempre iba estar para atenderlos.
En la primera entrevista, marcó su línea a seguir, fue accesible y claro en sus respuestas, contundente, aunque marcó una distancia al señalar que no daría entrevistas informales, y menos en la calle.
Aprovechó para reconocer la bienvenida que le dieron los reynosenses este domingo, en un evento con importante número de personas, «me dio mucho gusto ver y sentir el entusiasmo y cariño con que me recibieron en mi tierra, Reynosa».
Expresó que la gente está consciente de que los cambios no se dan de un día para otro, «pero de lo que ya se dieron cuenta, es de que tanto mis colaboradores y un servidor como gobernador, ya se sintió que es una diferente visión y un trato directo con los ciudadanos».
«Este Gobierno, es diferente, muy cercano a la gente así como me vieron ayer en Reynosa me estarán viendo en todo el estado», adelantó a los medios de comunicación.
También remarcó y aclaró que la palabra «promesa» está fuera de su vocabulario, «eso jamás lo utilizo, me comprometí a sacar adelante al estado, restablecer el orden y La Paz».
La gente salió de los negocios que están ubicados a las espaldas de Palacio de Gobierno, desde las banquetas estaban atentos a su primera llegada como Ejecutivo Estatal.
Los conductores de los automóviles que transitaban por la calle Juárez, disminuían su velocidad para apreciar con atención lo que estaba ocurriendo.
Los burócratas agolpados salieron de sus oficinas y asomados por los pasillos de los cuatro pisos de la sede del poder Ejecutivo, esperaban la llegada del nuevo Gobernador Constitucional.
Las bancas ocupadas por trabajadores, así como en la fuente de cantera en el centro del edificio, sentados se encontraban observando la llegada de los nuevos funcionarios públicos, y platicando sobre el inicio de esta nueva administración.
Alrededor de las de las diez de la mañana arribó a Palacio de Gobierno, encontró el piso mojado por la lluvia de la madrugada.
En paso veloz subió por las escaleras hasta el tercer piso, en el camino se encontró con algunos de los burócratas, a quienes saludó, deseándoles buen día.
Afuera de su oficina se encontraban personas esperándolo para saludarlo, así como cuatro elementos de seguridad, entre ellos dos de la Policía Estatal.
Entró a su oficina ubicada en la esquina de la parte norte del tercer piso del edificio de Gobierno, en donde permaneció buena parte del día con parte de su gabinete para atender pendientes de trabajo.